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Esta pieza es del año 2010. Para modelar a Aitana no utilicé ningún tipo de modelo, simplemente pensé en un cuerpo de mujer y en qué quería transmitir a través de la postura, en este caso rigidez y valor. Un homenaje a la fuerza que todos -y especialmente todas- llevamos dentro, pero también una representación de las secuelas que esa tensión deja en el cuerpo y que a veces nos hace parecer algo más fríos y distantes.
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