© Todos los derechos reservados
Desde el balcón de la casa, el que da al mediodía, veo la vida -lenta- pasar. Casi nunca pasa nada. Por eso hay que anotar lo que pasa. Delante va \" la\" Adora (Adoración), detrás\" la \"Sonia con su segundo niño.---
ADDENDUM 21 AGOSTO 2012 : Pero si me pongo a recordar en serio, es mucha la vida que ha pasado por debajo. Lo mismo que mucha el agua que pasa, con los años, bajo los puentes. --- Retrocede pues mi memoria a una tarde de septiembre de 196 y ...--- Y ahí está : el niño Juan Luis, con su pata chula, que hace colgar por entre los barrotes de la varanda, mientras contempla la sierra, delante suyo.--- Está murrio, como puede verse. Porque ha llegado septiembre y un amigo que tenía se volvió a su pueblo en Logroño y él se ha quedado sin compañero de juegos.--- Así que se apoderó de él la melancolía y se puso a subir paredes.--- Porque cuando uno se queda solo en un pueblo así...; bueno para ser honestos el caso es que aún se pueden hacer muchas cosas ... Como por ejemplo subir paredes para coger nidos (tardíos).--- Pero no es lo mismo que ir con más gente (lo óptimo es ser dos o tres, no más; que se asustan los bichos si no y parece como si de pronto desaparecieran. Tú haces oido desde abajo y nada. Afinas un poco más la oreja ... ¡y nada!--- \"¡Pero si está por aquí, que yo los he vigilado todo el verano ! ¡Si tie ...ne ... que estar ...!\" Y el niño Juan Luis, ya encaramado a la pared, va y sube un poco más. Metiendo los dedos de las manos en las junturas, apoyando las punteras de las sandalias en las junturas ...--- Echa mano a un ripio, arriba a la derecha, y lo agarra con fuerza; para elevar aunque sólo sea la nariz, hasta la altura del nido ...--- ¡Y de repente ve el chaval que el ripio en su mano y él con el ripio, se van los dos abajo!---.--- Menos mal que en aquellos días la alfombra de cagarrutas que cubre el suelo, unido a que las calles no estan pavimentadas todavía, amortigua el golpe.--- Y aún así ...; pues con la pata chula que se va el Juan Luisillo pa´casa.--- \"Y cuida que ahí aún te llevarás \"un repaso\", chaval -va pensando-; aunque sólo sea por el susto que les vas a dar tus padres\". ---
Y luego es cuando durante unos días el niño se sienta cada tarde en el balcón, sacando las patas, la pata chula y la otra, por entre los barrotas de la baranda al tiempo que pone murrio.--- \"A este niño vamos a llevarlo a la escuela, aunque todavía no le toque\" se dijeron los padres un día.--- Porque, qué iba a a hacer por ahí, el jabatillo, toda la tarde a sus anchas; merodeando peligros.
Y lo mismo que él estaban el Mito y el Alfredo : o sea tres; aunque mal avenidos, eso sí (bueno; según los días).---.--- A punto de comenzar Octubre, ese otoño los tres entraron en la escuela; con la Srta Tere (que era una Sra. casada -con el médico-, si bien para los niños, la maestra es siempre \"la señorita tal o cual\").---.---\"Por lo menos estarán recogidos\", pensarían sus padres con toda razón. Y a lo mejor igual aprenden algo hasta que comiencen en serio\".---.--- Pero bueno, no vayamos tan deprisa porque de momento aún no ha llegado Octubre. --- Como veíamos al principio, el niño Juan Luis, desde el balcón está mirando delante suyo; pero no mira los chopos junto al río y que empiezan a amarillear ahora, ni la iglesia -con su castaño- nada más pasar la carretera, ni siquiera la sierra un poco más allá ... de no ser en este caso que no fuera como para apartarla. Porque, más que un accidente natural, la sierra se le antoja a nuestro niño como una barrera, un límite; o incluso un freno.--- Exagerando, exagerando podría decirse que la sierra es donde al Juan Luisillo se le termina el mundo por ese lado (por el momento).--- Si bien sabe pues, y a ciencia cierta que no, que del todo no acaba ahí; porque -para empezar- su padre es de un pueblo que está justo detrás, al otro lado del monte.--- Y si el niño está mustio, no tanto por lo que le duela el pie lesionado, o porque la montaña de delante le resulte más bien un estorbo; sino más bien por la añoranza de un próximo verano, que ¡puf, ni se sabe cuando llegará! --- Porque aunque lo del próximo verano sea dentro de SÓLO un año (según le han dicho); eso para un chavalín es una eternidad.--- Al cabo de un rato en el balcón el solano (un viento local), ya ha dejado de soplar y empieza a notarse el fresco. Y ahora la sierra, se va ensombreciendo (o así lo parece) y el niño ... (quizás cayera en el detalle más tarde) nota que hay razón en lo que tararea madre a veces; una cosa que suena : \"... ya se van los pastores a la Extremadura, ya se van ... los ... a la Ex ...m ... duraaa; ya se queda la sierra triste y oscura, triste y oscuuura.\"
---... Y al cabo de un tiempo llegó Navidad.--- NOTA : Es por menudencias como ésta y por otras muchas que \"campos, gentes y pueblos de la tierra mía ...: conmigo váis, mi corazón os lleva\".---.--- MADRID 22 AGOSTO 2012.--- NOTA 2 : Conviene hacer la aclaración de que la sierra a la que alude la cancioncilla no es la sierra puntual de delante de la casa de nuestro chaval; ¡naturalmente! \"La Sierra\" es toda una comarca (también \"Tierras Altas\" - o forma parte de ellas) y que se extiende sobre un puñado de sierras, de entre las cuales, la de Narros podría ser, geográficamente hablando la última significativa en la dirección sur, antes de toparnos con la comarca siguiente,(que ya es más bien llana). En su papel limítrofe o de conexión entre las Tierras Altas y la llanura (ésta última englobando comarcas como Tierra de Soria y Tierra de Almazán), el pueblo de Narros queda administrativa adscrito a la llamada Tierra de Soria y no a La Sierra o Tierras Altas, si bien por sus características participa del carácter de una y otra.--- MADRID 23 AGOSTO 2012.---ADDENDUM 1OCT 2012
Tanto la Adora, como la Sonia, las dos a las que se ve pasando desde este balcón de la vida, siguen yendo y viniendo, como escasa agua bajo el puente (3 hay) del pueblo. Pero hay otros que ya hace tiempo dejaron de pasar.--- Y es que inevitablemente, al mirar la casa de enfrente he de pensar en el habitante más antiguo que yo conocí : el señor Crecenciano. Crecenciano, vaya nombre, ¿eh? Ese si que es un nombre, un nombre ..., bueno un nombre por lo menos de los de antes de perder Cuba. No había nadie más que se llamara así en el pueblo. Ni lo ha habido después. Eesto por razones bastante obvias; aunque no sé, esto de los nombres va por modas (así que mamás en ciernes, ¡ a ver si os animáis! ).--- El señor Crecenciano era el santero del pueblo. Hasta tal punto era el santero, que para mí, para todos, era casi en todo momento \"el Santero\" y no el Sr. Crecen ...etc, etc. Como teníamos (y tenemos) dos ermitas ... Pero si vivió en otro tiempo al lado de una de las dos, mi memoria de niño ya lo recuerda bajado al pueblo.--- Abajo del dibujo, en la esquina de la derecha se ve un cachito de ventana. Pues ahí es donde estaba la cocina. Hay un poco de distorsión en el dibujo, porque la ventana no estaba tan arriba (y desde luego era más chiquita de lo que la imagen da a entender). O sea que más bien se trataba del típico ventanuco; esto es, además con su barrote en medio, de arriba abajo. No fuera a ser que ... Pero...;¿ quién se iba a colar por ahí, si uno juraría que la cabeza no pasaba? Que es cosa que todo el mundo sabe que si no pasa la cabeza no pasa lo demás.
Bueno el caso es que no estaba tan alta porque, para echar un vistazo adentro, un niño no tenía más que auparse un poco, ponerse de puntillas y ya está. No es que se tratara de fisgar, no; es que pasar por ahí y percibir aquel resplandor amarillento, tentaba la imaginación. Uno no había leido (ni sabía quién era todavía) a Dickens : lo de David Copperfield y tal; y sin embargo intuía que una estampa como aquella serviría, para escribir algo, alguna historia. En honor a la verdad (y salvaguardando el honor e intimidad del hogar de Crecenciano), decir que aquel cristal, fantásticamente opaco, no permitía ver nada con claridad y sin embargo sí imaginar vivamente. Porque aquel fulgor amarillo de bombilla cansada daba a todo ese aura que necesitan las historias que merecen ser escritas.---
El señor Crecenciano vivía con su mujer y una hermana, y en pasando por delante de aquella ventana silenciosa, si te pingabas (por que eras un chico como he dicho antes) allí había tres bultos, oscuros, opacos, e inmóviles. Eso era todo. El resto lo ponía uno un poco de su mocha. Bueno a veces sonaba la radio; y el chin, chin, pi-tín de las cucharas repicando en el plato (que uno no llegaba a distinguir). Y ahora sí que podríamos decir que \"eso era todo\".--- Pues, por lo demás, cuando mejor se veía a Crecenciano era en el teleclub (uno ya está hablando prácticamente de la modernidad). --- Bueno era entonces cuando a veces uno, si alguna vez intercambió algunas palabras con aquel hombre ensimismado, solía fijarse en sus gafas de miope, y tras ellas en sus ojillos, los cuales (como nunca se las quitaba) uno llegaba a pensar si eran justo de ese tamaño y no por efecto lupa alrevés de los cristales. O sea, exactamente así de pequeños, como dos garbancillos negros; que parecían que te miraban (o a lo mejor ni miraban) desde muy muy lejos. Desde muy lejos en el tiempo, quiere uno decir. O desde muy atrás como se prefiera. Como si todo lo que pasara por delante de ellos no fuera ya con él. Ni siquiera - pongamos por caso - la bulla en pantaloncito corto de las chicas engafotadas del \"1 2 3 responda Ud ...\" me dio nunca la impresión de que fuera capaz de levantar en Crecenciano el menor comentario, arrancarle la más leve mueca, (en un sentido o en otro). Siendo cosa modernísima como era aquello, y que le llevaba a uno a reflexionar en lo mucho que cambiaba una mujer según lo que se pusiera. A pensar en el abismo que había entre unos pantalones cortos y un rollito de haldas, faldas, faja y delantales para todas las estaciones. Que era lo propio de la mujer de Crecenciano (y también de su hermana).
A don Crecenciano uno nunca lo vio envejecer. Quiero decir ...; porque siempre lo vio \"viejo\", claro. Hasta que llegó ese día en que de pronto ya no estaba. Ni él, ni su mujer, ni la hermana de su mujer. Y a decir verdad, apenas se ha notado su ausencia si uno ha de ser sincero. Porque ellos tres vivían en el silencio, y silencio mayormente es lo que ha ido quedando en el pueblo con el paso de los años.---JLP SEPTIEMBRE 2012
Llevo impresa la luz fría de una mañana de marzo en la alta tierra castellana. He aquí una manera adecuada para un artista de decir que nací en un pueblo soriano, hace ya, ¡ uy, bastantes años !
Sin embargo, es poco lo que permanecí allí y los avatares de la vida me han depositado en Madrid, de donde también soy y ya para siempre.
No tengo formación especial, o mejor dicho, académicamente seguida. Unas temporadas con un pintor madrileño, un paso por la Escuela de dibujo ...
Ver más información de juan luis pastor fernández