LA tierra verde se ha entregado
a todo lo amarillo, oro, cosechas,
terrones, hojas, grano,
pero cuando el otoño se levanta
con su estandarte extenso
eres tú la que veo,
es para mi tu cabellera
la que reparte las espigas.
Si supiera pintar ilusiones
las haría de mil colores;
un verde para esperanza,
un azul para las sonrisas,
de blanco teñiría la paz,
y de amarillo la alegría.
Expresaría con rojo al amor
y tierno rosado a las chicas,
el recreo de muchos tonos;
con sabor a fresa en almíbar,
y la amistad, ¡si! la amistad;
con trazos cadente pintaría
de color agua marina.
A mi maestra de sutil oliva;
porque me enseña y me aviva,
al colegio con visos naranjas
como el alba de las...
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