Arte digital
MIRANDO POR SOBRE LA COLINA
Seguramente si seguimos la evolución de nuestro originario ser vivo hasta el presente, podremos apreciar que ese pequeño y escuálido animalito que se transportó por modus propio desde las aguas del mar hasta la propia tierra, encontró que al paso del tiempo era más rápido transportarse en cuatro patas que reptar y así lo hizo. Su cabeza, colgando del cuello, necesitaba de un gran esfuerzo para ser mantenida elevada del suelo a una distancia de largo de brazos (patas delanteras, en un principio). A esa pequeña altura del suelo colocar permanentemente la vista hacia el frente a fin de poder ver el camino que se transitaba, resultaba una heroica misión, más aún cuando a cada paso hasta los pequeños desniveles del terreno oficiaban como permanentes colinas que obstaculizaban el conocimiento del camino a transitar.
Sin embargo, como siempre sucede con la inteligencia divina de nuestra Madre Naturaleza, fue esa existencia de permanentes obstáculos terrestres, lo que provocó que intentáramos llevar nuestra visión un poco más arriba y fue ese maravilloso intento por ver más alto que hizo que fijáramos nuestra vista en coloridos frutos que colgaban de los árboles y que atrajeron poderosamente nuestra atención. Detuvimos nuestro avance y nos quedamos mirando hacia las frutas hasta que una de éstas cayó a nuestro lado, la probamos… y entonces: ¡esto es una verdadera delicia!
Ese inmenso disfrute nos llevó a intentar pararnos sobre nuestras dos piernas traseras y elevar las delanteras hasta llegar a tomar el rico manjar… ¡había surgido el primate bípedo! que más tarde seguiría evolucionando hasta convertirse en lo que somos hoy.
Mucho tiempo ha pasado y nuestra morfología corporal y mecánica se ha transformado sorprendentemente hacia logros que nos permiten una mejor adaptabilidad y rendimiento, pero lo que se sigue manteniendo como inalterable es “la existencia permanente de continuas colinas que dificultan ver con claridad nuestro camino de vida” Así es realmente, sólo es necesario el vivir para sentir que constantemente se originan obstáculos que deberemos vencer si es que queremos seguir adelante con todos nuestros proyectos y aspiraciones en la vida. Bajo estas circunstancias, debemos mantener entrenadas al máximo nuestras piernas y desarrollada fuertemente nuestra voluntad para así podernos elevar hasta la cúspide de cada colina y llegar a mirar por sobre ella a fin de distinguir y evaluar lo que existe detrás de ese obstáculo.
Efectivamente queridos amigos de Artelista, inútil hubiera sido tantos años de sufriente y meticulosa evolución si hoy nosotros los Seres Humanos no fuéramos capaces de superar con esfuerzo, habilidad y entereza cada obstáculo que eventualmente dificulta nuestro avance y así alcanzar la visión del camino que conforma el porvenir de nosotros mismos como individualidad y como humanidad toda. Tengamos absoluta convicción y fe que Dios nos ha dado todo lo necesario como para poder mirar por encima de cada colina que se nos cruce. Sólo munidos de esa infinita y sólida fe, encontraremos la confianza necesaria en nosotros mismos como para usufructuar de la energía adecuada para seguir adelante sin importar cuántos y cuáles sean los obstáculos que se nos interpongan.
Como alguien dijo más o menos así: ¡ADELANTE QUERIDOS AMIGOS, LA VICTORIA SERÁ NUESTRA! No detengas tu esfuerzo, confía en ti mismo y en el poder de la inteligencia divina que te ha creado, guiado y protegido hasta el día de hoy. Redobla tus pasos, afina tu vista y disfruta con infinita alegría lo que bien puedes ver más allá de cada colina.
Con un hermoso canto de fe y esperanza me despido de todos ustedes hasta otra nueva oportunidad que Dios quiera darme. Reciban toda mi gratitud, respeto y amor incondicional.
Jorge.
Curriculum vital del Prof. Jorge Verde y su obra
Nacimiento
El Prof., Jorge Washington Verde Ramos, nació el 30 de julio de 1951, en la ciudad de Mercedes, capital del Departamento de Soriano, en la República Oriental del Uruguay, en América del Sur.
Primeros estudios...
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