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Cuadro trabajado con música de John Frusciante.
La figura del Orante (elemento habitual de la pintura macro-esquemática alicantina de hace 8000 años) como símbolo de la evolución del hombre. Evolución construida desde nuestro cerebro y gracias a nuestra capacidad de aprender y relacionarnos entre nosotros y con el medio.
En la obra aparece una textura que nos recuerda a las dendritas neuronales que nos permiten mover las señales eléctricas que construyen nuestro pensamiento.
Somos parte de la Naturaleza pero nos alzamos ante ella preguntando por nuestra existencia.
Embalaje profesional y certificado de autenticidad.
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