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Charlatanería y demagogia. Un pueblo entero, una sociedad entera que malvive dentro de una burbuja siniestra. Una farsa de país. Y un auténtico fiasco alimentado por sus propios gobernantes. Desde este espíritu fue que concebí y dibujé la NACION MENTIRA.
Donde las “narices” son utilizadas como el estandarte de la mentira. Al igual que en el cuento infantil: “Pinocho”. La nariz es el miembro que involuntariamente detecta y señala a la mentira. Y a la vez, deja en evidencia al mentiroso. Y de ahí que el dibujo enseña numerosas narices. Las narices se esparcen. Invaden la materia de la hipotética Nación. Crecen y crecen. Las “narices” son el símbolo de la mentira. Algunas más grandes que otras. Algunas más graves que otras. El tamaño respecto a la magnitud de su correspondiente mentira.
Las verdades pueden existir por sí mismas, pero las mentiras no. Ellas están en conjunto. Están siempre junto a otras. Son por así decirlo: particulares. De ahí que cada nariz tenga asociado a ellas otros símbolos secundarios que determinan su naturaleza. Las “narices” están vinculadas a otros símbolos. De modo que la manera de localizarlas es: “la mentira de…….” Es así como se interpreta.
La mentira del amor (infidelidad) va vinculada a un corazón.
La mentira del dinero (estafa) va vinculada a una moneda.
La mentira de la ley (fraude) va vinculada a un maletín de abogado.
La mentira de los medios de información (propaganda) va vinculada a la televisión.
La mentira del poder (promesa) va vinculada a la corona.
La doble mentira es una doble nariz. La mentira mas gorda.
La mentira de la religión va vinculada a la cruz, la mentira más grande, ya no es una nariz si no que se transforma en una verdadera trompa de elefante., etc, etc, etc,…
El paisaje o contexto, es una “ruina”. Morfología de inspiración románica que -a mí personalmente- me gusta mucho. El románico, es un estilo arquitectónico medieval en la que predomina notablemente la figura de los pórticos por sobre cualquier otro pormenor. Los pórticos se convierten en máximo protagonista. En el dibujo hay dos de esos pórticos. La composición arquitectónica -la verdad sea dicha- es exactamente SIMETRICA. Esto favorece el concepto de “Nación”. Las naciones utilizan las simetrías para simbolizar “equilibrios”. Evidentemente el resto de los hechos que suceden en el dibujo están en manifiesta rebeldía, desorden y desequilibrio. Ignorando y saltándose los ritmos o patrones de dichas ruinas simétricas.
Como decía, hay dos pórticos. Mismos que utilizo como “tiendas”. Como si fueran unos “puestos de feria”…..Uno de ellos es dominado por las “lenguas” (izquierda) y el otro por las “máscaras” (derecha).
Las “lenguas” simbolizan la palabra y el lenguaje, la elocuencia y la retórica. No obstante, lo múltiple se relaciona a lo inferior y lo unitario a lo superior, así que, en este caso, tienen un carácter negativo, al ser un gran número de lenguas. De modo que aquí no son discursos, sino más bien, son “cuentos”.
En este caso hace referencia a la manipulación, al engaño, al “cuento”. Al uso del lenguaje para la intriga y el embuste. En definitiva, el arma preferida de la mentira.
Las “máscaras” simbolizan un ocultamiento. Una voluntad de mostrar un rostro falso. El enmascarar es también algo relacionado con la negación y analógicamente, a la mentira. En muchos aspectos puede entenderse como negación de una identidad, pero en este caso es la negación de una Verdad, es decir: una invención de la mentira, expresada como la negación de la Verdad.
Se ven muchas máscaras por todo el dibujo con igual protagonismo que las lenguas. También se ven lenguas fuera del pórtico, por ejemplo, en la serpiente de la nariz que está bajo el elefante. Pero esa lengua es diferente, es una lengua de víbora. Esta tipología especial de lengua, hace referencia no solo a la falsedad en sí, sino que además a la ponzoña, lo escabroso y retorcido. El poder negativo dele encantamiento, conocido más por brujerías.
La barrera de control de acceso que aparece arriba del todo. Es la existencia cierta de un “mundillo” al margen de los otros. Simboliza la voluntad de hospitalidad de la nación y la certeza de que realmente, no todos pueden tener libertad para entrar. La posición de la barrera a medio levantar, es señal de una barrera veleidosa anodina, indecisa y caprichosa.
Hay una cinta de cine, un film. Este film lo he utilizado en otros dibujos. Es un símbolo que representa para mí: “las películas”. Las películas las cuentan todos, las inventan todos, y aquí en la Nación Mentira, todo parece ser una “película”. O cuando hay quien dice: “¿Qué película me estas contando?”. Pues es eso, la utilización de la idea de película como una presentación de algo ficticio, irreal, pero enseñado como si fuera real.
Hay -además de la barrera- otros símbolos de prohibido. Estos son señales de tráfico usados en carreteras principalmente, que simbolizan básicamente el NO. La negación. Aquí es una mezcla entre negaciones propias e internas de los propios habitantes, y negaciones colectivas impuestas socialmente.
Los cañones son, por una parte la defensa de la nación. Y esa defensa es también larga como las narices. De modo que se hace una fusión de conceptos recíprocos muy hermosos en este caso: Las mentiras son como cañonazos para asegurar una defensa, y la defensa de la nación se hace con artillería de mentiras.
Hay números. Estas series de números (no me permito dar más pistas), son parte de un mensaje codificado (críptico). Y no digo más.
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