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Mixta y arte experimental: acrílicos, solventes, pasteles, carboncillos, spray y collage, esta obra de gran formato captura le escencia de Charles Chaplin, un artista icónico cuya vida fue un constante juego de altibajos, éxitos y exilios. La composición lo sitúa sobre un tablero de dominó irregular, que simboliza su camino impredescible, lleno de contrastes, como el terreno de la vida que lo llevo desde la adversidad hasta el reconicimiento mundial. El dominó un juego que Chaplin apreciaba profundamente, se convierte en metáfora visual. A un costado la palabra Sir Chaplin refuerza la dualidad de su vida: mientras en un lugar era exhiliado en otro era celebrado. La obra explora una paleta de colores con verdes vibrantes, creando un impacto visual. La técnica emplea un equilibrio entre fluidez y textura, con la energía del acrílico, la profundidad del carboncillo y la expresividad del pastel. Esta pieza es una narrativa visual de resiliencia, la genialidad y el contraste entre la luz y la sombra en la vida de un artista eterno.
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