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Cada año pasaba igual. Era en aquel tiempo incierto y gris ..., en la larga travesía que iba de las vacaciones de Navidad hasta el fin de curso. Un poquito más del precio a pagar : la bruja de la gripe; que te pillaba.---.
Entraba ella de forma sigilosa, como era su costumbre (pues nunca llevaba invitación encima). Pero tú te olías que rondaba por ahí porque de pronto notabas lo de los huesecillos, las articulaciones; que te dolían. "Bah, serán imaginaciones mías ..." te decías farruco al principio. Y te ponías a dar saltos y a echar alguna carrerita por el patio. Pero no, aquel síntoma ¡ tan conocido como temido ! resultaba infalible. Además se juntaban los escalofríos ... "¡ Buf, con éste si que no hay duda !", pensabas.---. "A ver ...", nos palpábamos unos a otros la frente. "Sí, tienes fiebre".--- "Y tú también".--- Y uno miraba con una mezcla de envidia y de admiración a quienes no la pillaban. Bueno, muchos sólo tardaban un poco más en cogerla. Pero no todos, no.---. El dibujador sí la pillaba; puntualmente. "Claro, es que soy un alfeñique", te decías. "Es que soy flaco", seguías. "Es que soy ... inferior; es que, es que ... ¡ lo que sea !".---.---
El caso es que, cualquiera que fuera "la razón" de haber cogido la gripe, ya no había remedio.--- Lo que tocaba entonces era "adaptarse". "¿Adaptarse?"--- Sí, vivir con ese fastidio sin quedarte malo en la cama del dormitorio. Hasta que te pusieras bueno ... Sólo de pensar en las horas y horas que habrías de pasar así, arrumbado en aquellos dormitorios cuartelarios ...; te daban fuerzas para no dejarte caer.---
Todo consistía en hacer como que no pasaba nada. "¡Qué ojeras tienes, Pastor!" "¡Vaya, qué forma de dar animos!; ¡ éste !".---.--- Las horas se hacían interminables. Y los días ... "¿Qué día es hoy"?.--- "Martes".--- "¡ Madre mía !, hasta el viernes quedan ...; ¡ puf !".--- No había más remedio, todo menos quedarse malo en la residencia. Aguantaríamos pues hasta el viernes por la tarde. "¿Cómo?" "No sé, pero todo antes que pasar un minuto en el dormitorio, muerto de asco. Todo menos respirar ese olor a rígida, arisca pobreza de tu dormitorio con diez camas más tiempo del debido.---.
Y así iban discurriendo las horas. Y los días. Al principio muy, muy despacio. Luego un poco más rápido; ¡ pese a lo cual el viernes parecía tan lejano ! ... Casi se antojaba inalcanzable ;(pues cuanta mayor es la prisa, más despacio parece correr el tiempo).---.---
No dejábamos de ir a clase. ¡Por supuesto que no! Iba uno a clase con los escalofríos, con la fiebre ..., jodidillo ...; ¡pero iba! "Espero que no se note, no vaya a ser que me mande a la "resi" la profe", te decías. "O peor, que me saque a la pizarra (la Pili González) y se piense que estoy temblando de miedo". "Te puedes sentar", habría dicho al cabo de un minuto -tú rígido, con la tiza en la mano, pegao al encerado-; y entonces te volverías aliviado al pupitre, aunque sin perder de vista a la profe (con el rabillo del ojo), mientras escribía en su cuaderno de hojas amarillas y tapas de hule rojas. "Un cero" ("0"), pensabas, siempre "tan optimista".---¡Y encima ella nunca cogía la gripe! Era indestructible. Era, era, ...; "Las mujeres profesoras de matemáticas, con libreta de hojas amarillas y tapas de hule rojo (donde "nos tenían" a todos), y dueñas además de un busto tan ... tan firme-mente agresivo ...";¡buf!, acojonaban al dibujador; le dejaban sin habla; o le paralizaban el cerebro, o; pero qué tonterías, ¿verdad?--- ... Los profesores, las profesoras, ¿tendrían cuerpo debajo de la ropa?; "¿quiero decir : como yo, o sea, todo eso de lo que avergonzarse"? Y es que en el retorno al pupitre - qué curioso - el cerebro volvía a funcionar. --- Claro que lo más seguro es que sólo fuera su manera de mirar -como sin verte- con aquellos dos ojos muy redondos, inmóviles e inexpresivos, sumado a una legendaria ausencia de sonrisa en sus labios (aunque recuerdo muy bien sus bonitos dientes).---.--- "Tienes ojeras, Pastor" -me soltaba mi compañero cuando llegaba al refugio del pupitre-. "Ya, y un "0" además", pensaba yo.---
Sólo disponíamos de un pequeño alivio durante esos días. Este consistía en que al salir del comedor, si había sol, nos acurrucábamos en la bancada de cemento que discurría a lo largo de la fachada del patio. De esta manera, cual lagartitos orejudos, atesorábamos calor contra nuestro desconsuelo infantil.
Hasta que, milagro, milagro, por fin llegaba el viernes por la tarde. El dibujador hubiera querido estar ya totalmente sano en ese momento. Así, una vez en casa de nuevo, el fin de semana habría sido una especie de premio a su pequeño -infantil- calvario.
No obstante lo cual, ¿quién no se alegraría infinito de andar todavía algo griposo; ahora que estaba en casa otra vez, a la vera de mamá?--- Y así, mientras uno aún fantaseaba viéndose tendido un rato sobre una placa de hielo, allá en el Polo, en lugar de en la cama,-¡ aaah, qué fresquito!- en la cocina sonaba el reconfortante "pf-pf,ptef-pf" de la válvula de la olla exprés mezclado con la radio puesta, toda ella Luis del Olmo. Y la casa olía -como de costumbre- a repollo - bendito olor -, y al olor de mamá, trajinando aquí y allá, y a otros muchos olores que sería largo de contar aquí.--- Y, finalmente, mi cama olía a mi cama, -compartida pero mi cama de verdad-. Olor en definitiva a amor, que es el sol que mejor calienta y, en cualquier caso, la mejor medicina contra la gripe.---
EN HOMENAJE A LOS NIÑOS QUE VIENEN AL MUNDO, PORQUE VIENEN SIENDO YA VALIENTES.---. JLP Madrid 2012
I got printed the cold light of a March morning in the high land of Castile. Here is a proper way for an artist to say that he was born in a village. Spain, province of Soria; have you ever heard of this ?.
I lived there for a few years. Then, followoging life´s whimsical will I finally landed in Madrid. In this city have I my present and, hopefully, definitive abode.
As an artist I haven´t gone through any particular, or academical learning. I mean, to the point to get...
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