Nuestra lengua, la palabra está viva,es dinámica y caprichosa. Por tanto, día con día, se adapta a nuestras características particulares de personas que somos, pensantes e inmersas en una cultura que se enriquece y cambia. Somos palabra que se transforma y adapta a nuevas necesidades, gustos y aspiraciones conforme de cada uno de nuestro instante histórico. Estos cambios también reflejan y se reflejan en un contexto cultural variable.
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