COLON ENTRE RIOS - 2007
Seguramente, el cuerpo humano fue el primer soporte para la pintura: a aquellos primitivos, antepasados nuestros, se les ocurrió muy pronto que su piel quedaba mucho más atractiva, o mucho más terrorífica, si la cubrían con símbolos y pigmentos.
Con el tiempo, la práctica de decorarse la propia anatomía quedo restringida al muy limitado campo de la cosmética facial, pero hay una disciplina que intenta recuperar la magia transformadora de aquellas primeras experiencias: se llama Body Painting. Con medios mucho mas sofisticados que los de nuestros ancestros, como puede ser la henna, pinturas naturales o acrílicas, etc.
Pero esta disciplina aun no es algo muy común y quedan personas que la pueden llegar a ver con ojos retrógrados, debido a la desnudez de los cuerpos que van a ser decorados.
Un camuflaje natural que deja ver insinuadamente el cuerpo despojado de cualquier atuendo.
Por eso desde sus ancestrales inicios el ser humano, ha tenido la necesidad de transmitir tanto su hambre, como su amor, sus miedos y sus esperanzas. Así también a no verse tan apartado de los otros, queriendo solo a su sombra. Uno de esos conductos más primitivos es la pintura. Por eso desde las cuevas de Altamira apreciamos los misterios de un pasado remoto e infinito, la inmortalidad que se aprecia en los frescos de Miguel Ángel en la capilla sixtina, la conciencia social que se vislumbra en los murales de la ciudad, o lo trasgresor e irónico de los grafitis en las paredes.
En fin el hombre se ha manifestado haciendo uso de su potencial creador, construyendo, edificando, contando su historia cotidiana, y la de los demás; de esa forma abrió el horizonte para tender los hilos que se proyectan hacia el futuro. Pero también el ingenio del hombre ha sabido destruir y mutilar el paisaje creando las “artes oscuras”, como la avaricia, la envidia y la guerra.
Hoy vivimos en un mundo fragmentado, en un mundo dislocado por los conflictos bélicos, que suda hambre, dolor y tristeza.
Por eso este trabajo como toda manifestación artística confecciona un mensaje, un mensaje por la paz, un mensaje para hacer respetar y considerar la vida de todos los seres humanos de este planeta. Que tiene como destino la reflexión, en ese intento de despojarnos de nuestras máscaras, como estos cuerpos con diseños artísticos que están despojados del artificio y la superficialidad que a veces puede exhibir nuestra cultura.
Los invito a contemplar otra forma de belleza; una belleza que escapa a los miedos humanos que incitan a la guerra y a la violencia. Es tiempo de paz, es tiempo de crecimiento… aceptémoslo.
Texto de Alejandro Mesa y Fernando Irecio
Victor Fernando Irecio, nascent PaysandUruguay City on 27 September 1975. Curssus studies in this city, drawing with Professor JosLuis Borchers, and was illustrator sanduceras humorsticas publications and newspapers from 1995. Later expression involving the plastic contest organized by Paylana, Collage Workshop and the Daily telegraph, which was selected for a course in Design with Professor Julio Elizalde. From the year 2001 iniciestudios by the National Institute of Fine Arts in our...
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