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Esta pintura es de una niña Tarahumara que con un bebe a espaldas, con toda seguridad su hijo, vende pulseras, bolsos y bandas tejidas en alguna ciudad de México, es una imagen triste pero por desgracia real y bastante frecuente, indígenas que como única opción de supervivencia tienen que dejar sus comunidades e ir a las ciudades donde no solo enfrentan problemas de hambre y miseria, sino más grave aún, al olvido de autoridad y al desprecio y discriminación de una sociedad fría e indiferente. Por desgracia esta niña lleva sobre si los tres pecados capitales imperdonables para la sociedad Mexicana: Ser Pobre, Ser Indígena y Ser Mujer.
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