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.A los hombres que morían por enfermedad se les enterraba junto con un perro, en la época Mexica se conservaba el uso de estos animales en actividades fúnebres. La tradición decía que al perro debía matársele flechándolo por el pescuezo o ahogándolo en tierra (enterrando su cabeza) y el perro enterrado debía ser de color bermejo (café) Una vez muerto, se le colocaba un hilo de algodón alrededor del cuello y así se depositaba en el entierro.
Esta gente creía que el muerto realizaba una penosa travesía para llegar al Chiconaumictlan (nueve infiernos), y presentarse frente a Mictlantecutli (dios de la muerte), pero antes debía cruzar el río Chiconahuapan y solo podía hacerlo cargando sobre su lomo de un perro: Cuando el difunto llegaba a la orilla veía a varios perros del otro lado, los blancos decían: ?Yo ya me lave ?, y los negros: ? Estoy sucio y no puedo pasar?; sin embargo, había uno (el que había sido depositado junto al muerto) que se alborotaba al escuchar la voz del amo y su color bermejo le permitía Lanzarse rápidamente al agua, a fin de ayudar al muerto a pasar a la otra orilla..
La tradición decía que pasados 80 días del entierro, los restos del difunto y perro debían sacarse y quemarse, repitiéndose el proceso después de uno y cuatro años. En cada caso, personas de edad se encargaban de quemar los restos, después se lavaba lo que sobraba y se colocaba en una olla o jarro, depositándolo bajo el piso de la casa para cuidar de su casa y familia?
Y la mujer era vigilada desde el mas allá en su comportamiento ?..
BIBLIOGRAFIA
Los Aztecas La educación de los Aztecas
De Elizabeth Baquedano Fernando Díaz Infante
Editorial Panorama
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