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Calculo yo que unas tres toneladas y media sí que pesa. Por lo menos ése es peso del rabiollo del ojo derecho -el vago. Es como si tuviésemos una balanza en el ojo. Tira uno la visual y ¡zas! tres mil cuatrocientos noventa y dos kilos a la canal. Luego le enseñas la foto al amigo, él quiere salir corriendo a ver la escultura, le agarras por los jarapales y no te queda más remedio que sacarlo del misterio: Que no, hombre, que no, que es una escultura chiquinina que llevaba yo en la bolsa de plástico. Entonces es cuando tienes que sacar el llavero, hacerle una foto por el agujero del colgante y enseñárselo y entonces es cuando dice ¡AH! si yo ya lo sabía...
ONE MORE TO THE STORY
I got the story back in 1945 from the hand of Melchora and Hilario. This happened in Hoyos, Cáceres province in Upper Extremadura. In the family environment Chuchi call me and when I started public life on the Melcho Chuchi. Now I live in Plasencia.
As a child of the story I lived with all those who put their own history, or put me next door.
Acolyte, meritorious in the Savings Bank, an employee...
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