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ARREBATA MACHO, es una imagen pictórica basadas en la estética del Manga junto el Art Nouveau y aspectos de la actual estética publicitaria de mi entorno cultural de la ciudad, barranquilla, donde se recogen elementos visuales con carga simbólica del contexto caribeño.
Los conceptos de liberación, eros, placer, deseo, que aterrizan en las fantasías que no son ajenas al entorno social influyente en la construcción de imaginarios colectivos, relacionando mujer-cuerpo-sexo-comida que maneja la publicidad sexista y el consumismo.
Partiendo de un discurso en donde convergen diversas perspectivas de carácter esencialistas sobre el cuerpo femenino, la pintura refleja los enfoques desde la temática de la liberación sexual femenina, en donde se halla un punto de encuentro para los aspectos psico-sociales que acarrea, señalados por el lazo conductor que a nivel visual refleja mujeres dueñas de su propio placer, su núcleo central, (la vulva), la contradicción, la rebeldía, la oposición de ser mujer por tener la capacidad de dar a luz, y es que la revolución de la mujer es a partir desde su propio cuerpo, porque la mujer no es ese ser vegetativo que solo sirve para procrear, sino un ser de lucha y liberación. Es decir todo el cuerpo femenino es el protagonista de la obra y en él se invierten los roles de la boca y la vagina.
La figura femenina aparece en esta imagen con el control absoluto de su placer, y al sujetar un banano, símbolo que hace referencia al falo, no solo muestra ese lado masculino sino que deshace la idea imponente de Freud, la visión binaria con la preeminencia masculina y el vacío femenino, el hombre que tiene y la mujer que no tiene y desea tener; de lo cual está claro que las mujeres heterosexuales no deseamos tener algo masculino lo que deseamos es al hombre y son dos cosas muy diferentes. Hace visible también la relación entre las necesidades y funciones corporales (el sexo y el gusto), la relación de delicia con placer.
El fondo de enramares de cayenas, resultó de una apropiación de una obra de Alfons Mucha, que contextualicé y reinterpreté con mi entorno cultural.
También el título de la pintura tiene que ver con el nombre con el cual era llamada la flor de cayena en Barranquilla hace varios años atrás.
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