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El proyecto consiste en una serie de cuadros con influencia surrealista de temas basados en la antigüedad, más específicamente, en el Teatro Colón, su misticismo y la relación con mí Ser. Una relación extraña, especial, única que no logro encontrar las palabras para explicarla pero sí las imágenes y los sentimientos como para plasmarla y la necesidad de transmitirla.
Una relación perfecta en su comienzo, un sueño cumplido, pude proyectar y visualizarme con él. Pero todo comenzó a marchitarse, sin verlo pero sintiéndolo, la relación era de vidrio y se me cayó. Una soledad me invadió pero continuaba allí, él me “abrazaba” con sus brazos de piedra, abrazo oscuro del que no podía salir, logré asomarme pero era tarde, estaba débil. Similar a un preso cuando es liberado, ese papel jugó él en mí.
Seres muy antiguos habitaban mi piel y logré comprobar la existencia de ellos, una imagen vale más que mil palabras.
Finalmente me consumí, arrastrada salí de su abrazo y la mitad de mí le pertenece.
Mi refugio, el mar, ruido misterioso que descubro y entiendo… llegué débil, no me fui fuerte pero ayudó mucho… escucharlo, mirarlo, sentirlo, me ayuda a encontrarme, lo necesito… me carga de energía… inspiración, meditación… funciono mejor así pero ahora con este recuerdo que me acompaña, esta relación que no puedo soltar… abro mi mano frente al mar y la dejo ir, con todo lo que implica… dejando sólo la huella de lo vivido, nada más.
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