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Obra seleccionada en la Muestra de Arte Sacro en el Museo de Bellas Artes de Tandil. Óleo sobre lienzo y falso vitral
Esta obra esta basada en la mitología del pelícano. Cuando sus crías nacen, al igual que todos los animales, tienen que buscar comida para alimentarlos. El rasgo más interesante que se encuentra fuera de lo común, es que si el pelícano adulto no encuentra comida para sus crías, en vez de abandonarlas (como hace la gran mayoría de los animales) les da de comer de su propia carne. Se abre el pecho con su pico para alimentar con su sangre y se arranca trozos de su propio cuerpo para dárselos a sus crías.
Es decir, sacrifica su vida para que sus hijos puedan vivir. He ahí la gran similitud con Cristo que ofreció su cuerpo y su sangre para la salvación del hombre.
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