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Titulo, Suspiro
Autor, Mauricio Mayorga, Colombia
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Poema de Mauricio Mayorga
Poesía.
El sentido del mar
Observo el mar y su ondulación cambiante y caprichosa reproduce de igual forma la ondulación de las montañas, de las arenas...............
Observo el mar y en su ondulación cambiante y caprichosa se reproduce la ondulación cambiante y caprichosa de mi vida.
Camino por la arena y mis pies dejan huellas sobre huellas que otras personas han dejado, como en mi vida así ha sucedido. Dejaron, piso, borro, dejo, se difunden, pisan ..........
Camino por la arena, miro el mar y el cielo, bajo el sol canicular de Providencia Isla y comprendo que antes (una o mil veces), realmente no lo había conocido; y hoy muchos mares han pasado y sigo comprendiendo.
Comprendo al caminar, al sentir la arena seca-húmeda entre mis dedos, veo que tan microscópicamente infinito soy.
El aire golpea mis sentidos, me sobrecoje la inmensidad del horizonte en el día y en la noche. Soy gigantescamente diminuto. Soy inmensamente etéreo.
Mi temor se disipa, veo la mano de Dios, quien cual gran maestro hace en cada momento la obra mas grandiosa que mente alguna pueda concebir: la gota de agua salada, el grano de arena, el cielo-sol-mar, la vida.
Me alejo, me entristezco, me despido, añoro, se que regresare, una y otra vez “...... Con mi caballo / al paso / al paso / sin saber / recorro la curva del planeta............... “ (Neruda). Me alimento, me comprendo.
Regreso al mar y la alegría me invade, mi cuerpo se adormece, corro, lloro, duermo, grito, estoy vivo.
Amo intensamente y mi pasión y deseos se potencian y magnifican hasta donde mi alma se confunde con el horizonte.
Con rabia camino y me pregunto sin respuesta y respondo sin preguntas, me abro a mi mismo; regreso, medito, suspiro, me purifico con el aire. Tormenta.
Todo lo grande que imagino ahí lo encuentro, cada ola trae en cada segundo tesoros insospechados, paisajes de luz y armonía. Hay viene otro, mira este, mira aquella...........
Al caminar en la lejana distancia me encuentro con alguien que imagino como yo. Frente al mar. La soledad de dos, de tres de cien, de mil en compañía frente al mar. Las hojas de sus libros en el mismo mar y viento se cruzan con las mías, no interfieren.
Tomo el pincel y lo plasmo en un segundo y en una eternidad; siempre el mismo pero distinto.
Desvisto mi alma ante la gente al mostrar mi obra, deseo algún alma encuentre lo que alguna ves ha visto, sus deseos, su mar, su mundo y su infinito proyectado.
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