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Ya por 1863 el naturalista italiano Antonio Raimondi en su viaje a la provincia de Caravelí, dió a conocer la existencia de restos fósiles de cetáceos (ballenas) enterrados a pocos centímetros del suelo desértico. Hoy el lugar es conocido como desierto de Sacaco, o jardín paleontológico de balénidos fósiles de Sacaco de la provincia de Acarí.
Además \"Roque\", es el nombre de una ballena a quien la muerte sorprendió. Su esqueleto está íntegro, completo de principio a fin, y se calcula que habría medido, en total, 10 metros de largo y pesado más de 20 toneladas. La suerte ha protegido a esta ballena. En la década del 40, cuando ya habían pasado miles de años de su muerte, un hombre llamado Roque Martín de Buey, decidió protegerla de una desaparición inminente, construyendo una pared frente a ella para impedir que entre el viento y la arena la volvieran a cubrir. Años más tarde, en 1989, cuando ya los lugareños la habían bautizado como la Ballena Roque en honor a su protector, Hans Jakob Siber, otro estudioso, le construyó un museo de sitio que la ha protegido del todo de una segunda muerte.
Diseñador gráfico-publicitario, pintor de temas prehispánicos, historiador y docente en el campo de la historia del arte y la educación artística, ha realizado exposiciones en el Museo de la Nación, en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, en otras instituciones como Club Suizo, Club Loreto, Club Regatas Lima, Club Terrazas de Miraflores, etc. En el... See more information about Antonio Francesco Migliori Ceffalo
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