Xisc Ferrer

Xisc Ferrer se Inició en la escultura y luego de trasladaste a la pintura figurativa en 2006 tras un paréntesis debido a la crisis de 2008, retomó su carrera en 2020, experimentando con relieves escultóricos en tus cuadros. Actualmente, se centra en un estilo abstracto vibrante con colores vivos y diseños variados.

Desde sus primeros pasos en el mundo del arte, la trayectoria de Xisc Ferrer se ha caracterizado por una evolución constante y una adaptabilidad notable. Inicio su viaje artístico con la escultura, explorando formas tridimensionales que luego influenciarían tu transición al mundo de la pintura. A partir del año 2006, adoptó un estilo figurativo, buscando trasladar la esencia de sus esculturas a la bidimensionalidad de los lienzos.

La crisis del 2008 representó un punto de inflexión en su carrera, obligándote a desprenderse de gran parte de su obra. No obstante, su pasión por el arte resurgió en 2020, marcando el comienzo de una nueva etapa. En esta fase, experimentó con la integración de elementos tridimensionales en sus cuadros, añadiendo relieves escultóricos como triángulos y formas geométricas. Esta innovación te permitió fusionar sus intereses iniciales en la escultura con la pintura, creando piezas únicas que desafiaban la frontera entre ambas disciplinas.

Sin embargo, hoy en día tiene un enfoque distinto que ha dado como resultado en una transición hacia un estilo más convencional de pintura, libre de elementos tridimensionales. A pesar de estos cambios, has mantenido una constante exploración de nuevas formas de expresión.

Actualmente, su obra se centra en un estilo abstracto vibrante, caracterizado por el uso de colores vivos y una diversidad de diseños. Esta nueva dirección artística muestra su capacidad para adaptarte y reinventarte, manteniendo siempre una búsqueda creativa intensa. Con diferentes cuadros en este estilo, siguiendo explorando y expandiendo los límites de su arte, demostrando una evolución artística marcada por la resiliencia y la innovación.

Su trayectoria es un testimonio de la capacidad del arte para transformarse y adaptarse a las circunstancias, reflejando tanto sus experiencias personales como su crecimiento como artista.