La fuerza inherente a la pintura del natural es una de las características más destacadas en la obra de Vicent Molina Contreras. Un trabajo pictórico por medio del cual desnuda tanto las formas físicas como aquellas que encuentran cobijo en el interior de cada individuo.
Sus composiciones, llenas de emoción y expresividad, son el resultado de ese tiempo dedicado a la observación, a ser testigo de la materia que se pinta y que permite descubrir, como cómplice, los secretos que se esconden en ese momento compartido. Gracias a ello, Vicent Molina Contreras traslada a sus piezas percepciones subjetivas que van más allá de lo visual. Enriqueciendo, así, la realidad que captura mediante su percepción del movimiento y, al mismo tiempo, revelando aquellos gestos que escapan ante nuestra mirada debido a la inmediatez del instante, pero que el pintor retiene en su obra.
Emplea una pincelada rápida, suelta y precisa que busca acentuar aquellos detalles que han llamado su atención y que pretende subrayar para el espectador. Mira y reproduce aquello que ve de una manera minuciosa convirtiendo lo que ve en materia artística. Se trata de interpretaciones del natural que intentan retener la esencia de quien posa para él y que se transforman en expresiones sencillas desbordantes de sensualidad.
Igualmente, Vicent Molina Contreras atendiendo a una profunda libertad creativa, se aleja de las convenciones visuales para crea una pintura sugestiva y evocadora. En este sentido, a veces, incorpora figuras sobre espacios abstractos desarrollados a partir del juego con el color. De este modo, se enfrenta a la presencia del individuo, inspirándose especialmente en el cuerpo de la mujer y en el espacio que este ocupa.
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Gracias Adriana, lo has explicado muy bien