El Museo del Prado destapa la historia oculta del conjunto mitológico más influyente de la pintura.
El rey Felipe II encargó a Tiziano Vecellio (Pieve di Cadore, hacia 1489- Venecia, 1576) una serie de lienzos mitológicos. Obras que anhelaban la libertad del poeta para interpretar las fuentes escritas. E, inspirado en las Metamorfosis de Ovidio, el maestro veneciano confeccionó seis cuadros, en los que mostró su lado más sensual y a los que llamó poesías.
Estos son Dánae (1553), Venus y Adonis (1554), Perseo y Andrómeda (1556), Diana y Acteón (1559) Diana y Calisto (1559) y El rapto de Europa (1562), concebidos en parejas. Junto con otras pinturas subidas de tono, Felipe IV las ubicó en una de las salas del Real Alcázar de Madrid, conocida como las Bóvedas de Tiziano, para su disfrute personal.
La separación
En su primer viaje a Italia, Diego Velázquez, pintor de cámara de Felipe IV, adquirió otra Dánae (1565). Una versión muy erótica y explícita, que sustituyó a su homónima en las Bóvedas. Mientras que, la encargada por Felipe II fue trasladada al Buen Retiro, separando así, a las poesías.
La sensualidad se volvió inapropiada, también, en la intimidad para los Borbones y Felipe V se deshizo de algunos de los cuadros de Tiziano.
El robo
Durante la invasión napoleónica, José Bonaparte saqueó las colecciones reales españolas, hurtando 250 obras, entre las que se encontraba la poesía Dánae. Los ingleses, liderados por el I Duque de Wellington, incautaron el botín y, como recompensa de Fernando VII, se quedaron con lo hallado.
El descubrimiento
Estos hechos se desconocían y, hasta ahora, se pensaba que el Museo del Prado contaba con dos de las poesías: Dánae y Venus y Adonis. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por la pinacoteca madrileña corrige ese dato.
La Dánae lírica es la que pertenece a la Colección Wellington de Londres, la cual no se mostraba al público, y la que es propiedad del Prado es la versión de 1565. El resto de poesías se localizan en Gran Bretaña y Estados Unidos. Por tanto, el único cuadro de la prodigiosa serie mitológica que queda en España es el de Venus y Adonis.
El Prado reúne, hasta el 1 de marzo de 2015, las tres obras en cuestión en la exposición Dánae y Venus y Adonis. Las primeras poesías de Tiziano para Felipe II. Siendo este el reencuentro de la primera pareja mitológica del veneciano, exhibida junto a la otra Dánae de 1565, que propició la confusión.
Dánae recibiendo la lluvia de oro
El cuadro cuenta cómo Júpiter toma a la hija del rey de Argos en forma de lluvia dorada. La versión que compró Velázquez es la de tono más sexual. De hecho, la Dánae de las poesías lleva un paño entre sus muslos. Prenda de la que prescinde en la del Prado, a la que, además, pinta en éxtasis.
Venus y Adonis
Por otra parte, en Venus y Adonis ilustra a conciencia la ansiada libertad de interpretación. Se trata de un episodio que no existe en la obra de Ovidio: el intento de Venus por retener a Adonis. Asimismo, busca igualar la pintura con la escultura. La diosa da la espalda para demostrar, a través de una mirada conjunta con su pareja, Dánae, ejecutada frontalmente, que en los lienzos, también, se pueden dar varios puntos de vista.
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