Desde el origen de la humanidad, el ser humano se ha preguntado por el significado de la vida. El ansia de conocimiento trascendental es inherente a nuestra especie. El Universo es la gran incógnita. Tan solo conocemos una pequeña fracción de su totalidad y la parte en sombra ejerce una poderosa atracción sobre nosotros.
En busca de este misterio trabaja la artista Sol Sánchez (Cáceres, 1956), cuya pintura, enmarcada en el expresionismo abstracto, interroga al espectador, quiere hacerle pensar en ese misterio sobre el que tanto ha indagado el arte. En especial cuando el artista deja atrás las formas figurativas para adentrarse en el terreno de la abstracción, que suele coincidir con el de la espiritualidad. Y este ha sido el recorrido de Sánchez, que hace explosionar su pintura sobre el lienzo o la tabla, en un informalismo exacerbado, de gran condensación matérica.
Nodulosas salpicaduras cruzan la superficie como arterias en tensión, logradas por la artista extendiendo el acrílico con la espátula. No es una obra confortable, sino que reclama al espectador una reacción. Cualquier cosa, con que no se quede impávido frente al cuadro. Abundan los colores rojizos, azules y morados y las gamas más verdosas y tostadas, como las de la naturaleza, motivo frecuente de su abstracción. Hay muchas veces presencias veladas, que se aprecian en las obras que guardan más contacto con esa realidad más tangible de un paisaje, por ejemplo.
Sánchez es fundadora y presidenta de la asociación The Cavern Art, sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo apoyar, promover y difundir el arte contemporáneo multidisciplinar a través de la organización de exposiciones.
Ella personalmente ha expuesto en diversos espacios, como el Centro Cultural Las Claras de Plasencia, Museo Pérez Comendador-Leroux de Hervás (Cáceres) o Galería Geraldes da Silva, de Oporto (Portugal). Además ha participado en el certamen Outono Fotográfico 08, en Ourense, puesto que otra vertiente de su incansable creatividad es la fotografía digital.
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