Cenital I ha sido la obra que ha consolidado la trayectoria de Jesús Fernández Escobar, joven artista andaluz (La Puerta de Segura, Jaén, 1988) que disfruta alternando cuadros de gran formato de perspectivas forzadas y enfoques fotográficos con retratos, pinturas de animales y estudios sobre obras clásicas.
Bajo la atenta mirada de su gata Lola, Fernández Escobar se halla inmerso en el desarrollo de su ambiciosa serie de paisajes urbanos en la que podemos encontrar obras como Cenital V en el que, como es ya seña de identidad en el artista, incorpora detalles de dibujo técnico que fuerzan todavía más la perspectiva cónica de este enfoque cenital. El espectador camina por el cielo del Nueva York más vertiginoso como un funambulista sostenido por las líneas de fuga de colores puros.
Ingeniando arte
El gran hallazgo de Fernández Escobar en esta serie de paisajes urbanos no es otra que la de desvelar el truco. Cuando los artistas del Renacimiento comenzaron a aplicar criterios científicos y racionalistas a sus obras se las ingeniaron para llevar la tercera dimensión a una superficie bidimensional. El engaño se perpetraba aplicando las teorías del dibujo geométrico a la pintura. Se abandonó la perspectiva teológica para abrazar la perspectiva lineal.
Pero la mirada del siglo XXI poco tiene ya que ver con la del siglo XV. Un espectador de la actualidad no se sobrecoge con la perfección en la representación de un templo en perspectiva. Por eso Fernández Escobar, muestra las líneas que convergen en el punto de fuga mitigando el ilusionismo, pero a cambio ganando personalidad ya que ese juego de líneas rectas y circunferencias adquiere cualidades estéticas. Y sí, también aumentan la sensación de vértigo…
Pero no hace falta irnos a la Gran Manzana para degustar estos mareantes cuadros de gran formato. En Contrapicado II elevamos la mirada hacia la torre sur de la Basílica del Pilar de Zaragoza. El «non finito» de obras como esta refuerzan su carácter técnico, alejándolas de tendencias hiperrealistas. Algo que comprobamos también en la espectacular Contrapicado I desde el interior de la Catedral de Jaén.
Y es que Fernández Escobar estudio Ingeniería Técnica Industrial y algo sabe de dibujo técnico. Aunque con 19 años ejecutó su primer cuadro, prefirió terminar la carrera mientras la pintura ocupaba un lugar secundario. Finalizados sus estudios, el hobby se transformó en profesión y la que iba ser su profesión ha acabado siendo un ingrediente más de su estilo artístico.
Peces, saxofones y Bruce Willis
Aunque el pintor andaluz dedica buena parte de su tiempo a los paisajes urbanos de gran formato, también encontramos en su colección curiosidades que exponen otras de sus inclinaciones. En Pez Amarillo, Fernández Escobar dialoga con el realismo más tradicional que le permite jugar con la pincelada y el color a través del uso de la espátula. Carpa Naranja es un óleo sobre tabla que sigue la misma tendencia aunque el artista jienense no olvida incluir las líneas geométricas.
Por su parte, en la serie Pez con líneas, Fernández Escobar acude a la acuarela, técnica que desarrolla con mimo y entusiasmo. En el «bestiario geométrico» del pintor también hay espacio para los buitres, los marabús, los loros o los tucanes. Y, por supuesto, para Lola, su compañera infatigable en el taller.
En Autorretrato con saxofón, Fernández Escobar nos descubrió otras de sus pasiones: la música. Entre sus retratos también encontramos guiños al cine como en el retrato de Bruce Willis o en el de Malcom MacDowell caracterizado como Alex DeLarge en La Naranja Mecánica.
Así mismo, resultan atractivos sus estudios sobre obras clásicas desde una óptica personal, combinando su juego de líneas geométricas, perspectivas forzadas y colores puros con el estudio más académico. Fernández Escobar reinterpreta a los grandes clásicos como Miguel Ángel (El David), Donatello (El David) o Giambologna (Rapto de las Sabinas). Incluso no tiene reparos en ofrecer su visión personal del Laocoonte obra helenística cuyo descubrimiento cambió para siempre la historia del arte a partir del Renacimiento.
Mirando al futuro
¿Cuál será el siguiente paso de Fernández Escobar? El artista confiesa su afinidad por artistas como François Bard, Brett Amory o Alex Kanevsky. Todos ellos comparten claras influencias de la fotografía, pero también del cine o la literatura siempre dentro del realismo o incluso del hiperrealismo como es el caso de Bard.
Mientras Fernández Escobar mira al futuro, nosotros nos quedamos suspendidos sobre el Puente Colgante, fantástica obra de pequeño formato en la que el autor da una vuelta de tuerca a su estilo jugando con las relaciones entres los cables reales y las imaginarias líneas de fuga.
Puedes ver todas sus obras en su página en Artelista. También puedes leer esta entrevista que le hicimos y conocer mejor a uno de los artistas más destacados, Jesús Fernández Escobar.
Una diferente manera diferente de interpretar la pespectiva pictórica, casi fotográfica