Carlos Casu ha recuperado el dibujo. Y nos alegramos. Tras muchos años sin practicarlo y después de (re)formarse en técnicas como el pastel o el óleo en el taller de José Luis Martín de Vidales, el artista madrileño nos regala su maestría con el lápiz captando espacios, escenas y habitantes.
Estableciendo un nexo de unión con la fotografía, a la que también se dedica, sus dibujos nos sacan a la calle a observar caminantes como en Descenso u Hombre Paseando, pero también nos llevan de vuelta a la alcoba, a las sábanas arrugadas y al humo como en Restos II, Descanso o Estudio de cigarrillo con mujer.
No cabe duda de que Casu disfruta observando la realidad y plasmándola con rigurosidad y destreza, pero también imprime un carácter poético a numerosos de sus dibujos ya desde el mismo título (Algunos ángeles no tienen alas) o, incluso, les confiere un toque fantástico o tétricamente metafórico (Cortocircuito, La vendedora de sueños).
La naturaleza muerta vive
Carlos Casu (Boadilla del Monte, Madrid, 1955) se dedicó «a una vida normal haciendo cosas normales» durante varias décadas, hasta que en 2008 decidió, por un suerte de coincidencia y voluntad, recuperar el camino artístico que había esbozado en su juventud cuando fue estudiante en la Escuela Central de Artes Aplicadas. Era el momento de hacer cosas menos normales…
Casu encontró en el pastel una técnica que podía dar salida a su necesidad de captar la atmósfera y la magia de los objetos cotidianos. El pastel de Casu combina la naturalidad del dibujo que, como hemos visto, tanto disfruta el pintor madrileño, con la luminosidad del color. Gracias a ello se consigue una atmósfera lírica que envuelve buena parte de la obra del artista en esta técnica.
Aunque el pintor madrileño usa el pastel «con facturas saturadas y densas que se alejen lo más posible de los estereotipos blandos generalmente asimilados a este técnica», el resultado final suele estar empapado de poesía. Hasta un huevo puede ser poético…
Y es que uno de los géneros que más disfruta Casu es la naturaleza muerta. El artista ha decidido reavivar un género «jodido a base de cuadros de restaurante con conejos» y va en buen camino para hacerlo. Solo hay que observar obras como Mejillones en escabeche, Naranja y media o Pretérito Perfecto II, son aptas para un restaurante pero también para un museo.
Un pastel agridulce
Otro género que Casu cultiva con éxito es el paisaje. También la técnica del pastel la aplica con autoridad en este tipo de obras. Y en ellas, más si cabe que en sus naturalezas muertas, apreciamos ese matiz lírico que emparenta alguno de sus paisajes con el Romanticismo.
Los habitantes de Madrid miramos de otra manera La puerta del Sol, El Retiro o El Rastro gracias a los cuadros del pintor boadillano. Este ‘mirar de otra manera’ es la esencia pura de la poesía. A unos les cuesta más, a otros le resulta tan natural que solo son capaces de mirar de otra manera y ya no recuerdan como se ve el mundo sin poesía… Carretera Nevada, Shopping, Palacio Cristal Invierno y otros paisajes de Casu resuenan a otros ‘poetas’ como Friedrich, Sisley o Pisarro. Y no nos olvidamos de sus paisajes industriales, plagados de vías que se pierden en la bruma.
La figura, la mujer
Sin duda, Carlos Casu también está fascinado por la mujer. Buena parte de sus dibujos, como vimos, tienen como protagonista a la figura femenina desnuda, a veces de forma más naturalista y otras con intenciones simbólicas. Entre su producción, también disfrutamos de desnudos femeninos usando la técnica del pastel como Mujer en azul.
A pesar de su evidente atracción por el dibujo y el pastel, el pintor madrileño no descarta experimentar con otras técnicas en un futuro a corto plazo. De hecho, ya hemos visto algunos lienzos que hacen uso de una técnica mixta dando lugar a cuadros de factura bastante original dentro de su producción, como Confidencias, una obra misteriosa y plena de intensidad.
Volcado desde hace casi una década en el arte, Carlos Casu está decidido a no volver a los asuntos normales de la vida normal… Que así sea.
Me encanta todo lo que hace Casu! El paisaje urbano e industrial es magnífico.
Inigualable.Imposible de superar a no ser por él mismo