La fantasía cobra vida en la obra de Giuseppe Sticchi. El pintor italiano abandona la imitación lógica de la realidad para inventar una interpretación emocional de la misma. En cada uno de sus trabajos, habilita un refugio para los sentidos y genera un contenido visual muy atractivo que conecta rápidamente con el espectador.
La propuesta de Giuseppe Sticchi (Nápoles, 1961) es la materialización de un mundo soñado, repleto de color y optimismo, que se agarra a la realidad, pero que el autor no deja que condicione su creatividad. Para su consecución, utiliza un planteamiento surrealista por medio del cual indaga en sus preferencias y sueños. Impregnando, así, sus lienzos del encanto de lo imposible.
Sus composiciones se desarrollan en torno a paisajes marinos y costeros. Fundamentalmente, abundan las referencias a la vida y a la luz que alberga el Mediterráneo. De sus vistas de rincones italianos, surgen pintorescos pueblos resguardados en botellas, caracolas o jarrones; navegan veleros o se levantan puentes y escaleras como puertas de entrada para que el espectador acceda a su mundo interior.
Giuseppe Sticchi compone esta poesía de la irrealidad basándose en un estilo personal, un trazo fino y a través de la constante experimentación de formas figurativas y colores que logran expresar los estados del ánimo. Amante de los fuertes contrastes, emplea una paleta cromática rica en tonos brillantes mediante la cual construye un universo rebosante de vitalidad. Igualmente, el artista italiano pinta paisajes impresionistas en los que refleja la luminosidad mediterránea y en los que nos presenta la arquitectura de sus exuberantes parajes.
Nacido en el seno de una familia de artistas, Giuseppe Sticchi estableció pronto un estrecho vínculo con la pintura. Su trabajo ha sido expuesto en 28 muestras individuales, así como en numerosas exposiciones colectivas.
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