Una pintura libre, sin límites, que traspasa los bordes del soporte y se expande sin principio ni fin. Esta es la propuesta que F. Pavón (Madrid, 1980) desarrolla en su obra.
Este joven pintor madrileño creció dibujando. Su pasión por el arte afloró desde que era un niño y, desde entonces, siempre ha estado explorando y experimentando aquellas formas que mejor le permiten exteriorizar su mundo interior. Formas que suele encontrar abandonando las restricciones del lenguaje figurativo y escapando de las reglas que impone la realidad. Por lo que, en sus creaciones, el azar y el accidente adquieren otra dimensión. Se trata de derruir cualquier obstáculo que impida una manifestación fluida de la inspiración inmediata. De no sufrir leyes ni disciplinas, sino obedecer a las exigencias emotivas del propio ser.
Por ello, F. Pavón concede a la libertad el papel protagonista y consiente que asuma la dirección de sus composiciones. Deja, pues, que la pintura emane del ritmo que vaya dictando la propia acción, siendo su último propósito transformar en materia sus sentimientos y preocupaciones. De esta manera, se sumerge en la abstracción y practica la pintura gestual, nutriéndose del legado del expresionismo americano. Especialmente, se inspira en Jackson Pollock y en su innovador trazo, mediante el cual liberaba en sus lienzos expresiones de un gran dramatismo y de una fuerte virulencia.
El trabajo con acrílicos y esmaltes refuerza esta expresividad y le permite obtener, además, un acabado más vigoroso. El color es el medio con el que canaliza su libertad creativa. Predominando, a veces, el uso de colores muy vivos y puros y, en otras ocasiones, tonos más pétreos, de matices más naturales. Como resultado, su pintura siempre presenta contrastes muy sugerentes y de un gran impacto visual.
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Ese acrilico tan fuerte y sin sentido parece una mierda sin water
«Este joven pintor madrileño creció dibujando» Una lástima que después se haya malogrado así.