Hoy se cumplen 563 años del nacimiento de Leonardo da Vinci. Fecha que, en su honor, señala también en el calendario el Día Mundial del Arte, dedicado a promover la actividad creativa. Arquitecto, anatomista, ingeniero, científico, pintor,… y, especialmente, inventor, Leonardo alcanzó la cúspide de la creatividad humana. ¿Qué mejor día, pues, para repasar los méritos que encumbraron al genio florentino y que justifican su homenaje?

Autorretrato. Hacia 1512. Leonardo da Vinci

Autorretrato. Hacia 1512. Leonardo da Vinci

 

Hijo ilegítimo de un notario y de una campesina, Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en la localidad italiana de Vinci, situada en el corazón de la Toscana. Comenzó su carrera artística en el taller de Andrea del Verrocchio, recibiendo formación en pintura, escultura y en otras materias, como metalurgia, química o matemáticas.

La Dama del Armiño. Hacia 1488- 1490. Leonardo da Vinci

La Dama del Armiño. Hacia 1488- 1490. Leonardo da Vinci

 

Su siguiente parada fue Milán. Recomendado por Lorenzo de Médici, estuvo al servicio del duque Ludovico Sforza. De esta etapa es su prodigiosa La Dama del Armiño (hacia 1488- 1490). Un ejemplo de las muchas aportaciones que Da Vinci desarrolló, como la nueva pose y la expresividad psicológica de la retratada, Cecilia Gallerani, amante del duque. Asimismo, en torno a 1490, realizó su famoso dibujo El Hombre de Vitruvio, a partir de los estudios del arquitecto de la antigua Roma, Vitruvio, símbolo de las proporciones humanas ideales.

El Hombre de Vitruvio. Hacia 1490. Leonardo da Vinci

El Hombre de Vitruvio. Hacia 1490. Leonardo da Vinci

 

Fue también en Milán donde Leonardo pintó una de las obras más célebres de todo el mundo, La última cena (1495- 1497), y sus dos versiones de La Virgen de las rocas (1491- 1508). Composición totalmente innovadora en la que sorprendió a sus contemporáneos incorporando naturalidad a sus figuras, una luz difusa y una fuerte presencia del paisaje.

La última cena. 1495- 1497. Leonardo da Vinci

La última cena. 1495- 1497. Leonardo da Vinci

 

Leonardo fue un pintor poco prolífico en cuanto a cantidad, pero de un extraordinario talento. Su curiosidad, imaginación y formación multidisciplinar le convirtieron en un genio universal, arquetipo y símbolo del Renacimiento. Seguramente sólo equiparable con Miguel Ángel Buonarroti. Ambos han sido considerados representantes de la madurez y la perfección del arte.

La Virgen de las Rocas. 1491- 1508. Leonardo da Vinci

La Virgen de las Rocas. 1491- 1508. Leonardo da Vinci

 

Y lo cierto es que la definición de Homo Universalis adquiere sentido pleno con Leonardo. La fama de sus pinturas le han hecho consagrarse como artista, pero sus trabajos en otras disciplinas revelan que su mente es una de las más creativas de la historia de la humanidad. De espíritu inquieto y emprendedor, se interesó por casi todo lo que le rodeaba y aquello que aún no tenía a su alcance, él mismo lo fabricaba dando rienda suelta a su inventiva. Investigó la fisiología y la psicología humana, trabajó como ingeniero militar y urbanista, diseñó ropajes y adornos, estudió las leyes de la perspectiva y de la óptica, revolucionó la pintura con nuevas técnicas como el sfumato,… y un largo etcétera de actividades y aportaciones, imposibles de citar aquí, que recogió en las más de mil páginas, llenas de dibujos y textos, del Códice Atlántico y en su Tratado de Pintura.

Mención aparte merece el repertorio de artilugios que creó y que le posicionaron como un genio visionario: máquinas voladoras y acuáticas, una cámara oscura, un reloj planetario, instrumentos musicales,… Una lista, igualmente, larga e increíble para llevar a cabo por un sólo hombre y, aún más, de su época.

La Gioconda. Hacia 1503- 1519. Leonardo da Vinci

La Gioconda. Hacia 1503- 1519. Leonardo da Vinci

 

Leonardo reflejó lo que sabía a través de su arte. Un arte que, quizás, logra su máxima expresión en La Gioconda (1503- 1519). No obstante, con sus ideas fue más lejos que con su pintura, pues, aún cuando vislumbró el arte del futuro, no renunció a la forma plástica de su tiempo. En 1515, tras su paso por ciudades como Venecia y Roma, llegó a tierras francesas para trabajar a las órdenes del rey Francisco I, instalándose en el Castillo de Clos- Lucé, en Amboise, lugar donde murió en la primavera de 1519.

Hasta aquí la fascinante vida de uno de los mayores genios de la historia. ¡Sigue celebrando el Día Mundial del Arte con nosotros!