Mi nombre es Rafael Carrascal García, nací en Olombrada (Segovia). A los cuatro años nos trasladamos a Alcórcón y actualmente llevo un año viviendo en Fuensalida (Toledo).
Soy autodidacta, aunque he recibido clases esporádicas de profesores de pintura. Me gusta mucho la pintura al aire libre, de hecho la mitad de los cuadros que hago pertenecen a ese género. Me considero un principiante y aquel que vea mi obra se dará cuenta que es muy amplia y diversa porque estoy en fase de buscar, aprender, practicar y experimentar. Me gusta pintar en acrílico, óleo, mixta, carboncillo en tabla y ahora estoy indagando en el mundo de la acuarela. Si tuviera que categorizar mi obra de alguna manera, sería de Romántica.
No me gusta hablar mucho de mis méritos, pues prefiero que lo hagan los demás. Voy a hablar de mis deméritos que quizá en un futuro puedan convertirse en mis virtudes siendo un poco vanidoso. Me considero muy rebelde y también un poco cabezón, no soy un gran entendido en pintura pero veo mucha y voy aprendiendo poco a poco. A medida que transcurre el tiempo voy conociendo a más pintores que me van enriqueciendo con sus consejos. Me considero transgresor y anárquico, quizá porqué no me gusta seguir las reglas que nos marcan. El otro día comentaba a otro pintor que yo no me sabía las denominaciones de los formatos que siempre se han utilizado en pintura 40 figura, 60 paisaje…yo cambiaría cosas ya de una vez y emplearía por ejemplo formato pantalla de móvil (16:9), formato tele (4:3) ó utilizaría como medida más empleada el 122 que es la anchura del tablero cuando vas a la carpintería a por uno. Ahora las composiciones y formatos son innovadoras con respecto a lo que se hacía antes y una marina no tiene por qué ser apaisada.
Creo que la pintura se ha topado con un muro y necesita sabia nueva. Quizá haya llegado la época de los autodidactas, los inventores, de las meteduras de pata, ¿por qué no se puede dar acrílico sobre óleo? Seguro que ya existe algún producto para que sea posible, y si se craquela seguro que existe otro para fijar ese craquelado. Y porqué se dejan márgenes en la acuarela y no en acrílicos y óleos…pues que sepáis que quedan muy bien también.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
La pintura siempre me ha gustado y siempre ha estado ahí, intentando hacerse un sitio en mi vida. Ahora me considero artista plástico pero hasta hace bien poquito era aparejador y me dedicaba al mundo de la construcción. Nunca imaginé que podría vivir de la pintura, ni tampoco tuve ocasión de planteármelo, la verdad. Echaba muchísimas horas en mi caseta de obra y mi dedicación a la construcción era exclusiva. Aún así, la pintura siempre conseguía hacerse con un pequeño hueco para que manchara unas 4 ó 7 telas al año. Y bueno, llegó el día en que la promoción de 72 viviendas que iba a hacer se quedó como uno más de esos esqueletos de estructura que por desgracia ahora forman parte de nuestro paisaje urbano. La burbuja inmobiliaria estalló y en mi cabeza estalló otra cosa y era mi amor por la pintura, con lo cual me hice una apuesta que era ver si en cinco años sería capaz de vivir de ella. En mi cuarto año dedicado en exclusiva a la pintura he conseguido mi sueño. Ahora pinto unos 40 ó 70 cuadros al año. La idea fue un poco alocada, como lo soy yo cuando alguna cosa me emociona. Fue una época muy difícil para cambiar de profesión y más a la pintura pues una de las primeras cosas que se dejan de comprar cuando las cosas van mal son cuadros. En fin, se puede decir que la crisis y yo como pintor nos hemos criado juntos. Espero que ella no crezca más para que tenga más posibilidades de crecer yo.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
No estoy muy familiarizado con esos temas, pues aún no he expuesto en ninguna, pero lo que está en boca de todos es que ahora mismo si quieres exponer tienes que pagar la sala, aparte de la comisión que se quedan, a no ser que seas un pintor consagrado. Lo que está claro es que al final ellos evitan el riesgo para poder subsistir y nosotros tenemos que asumirlo para poder vivir.
Elogio a las galerías que confían en la obra del artista y que solo piden una comisión por las ventas. Ahora existen muchos portales de venta de arte por Internet y ese es el futuro de la venta, aunque creo que las comisiones son demasiado altas.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Lo primero es que la muestren sin miedo y que se sientan orgullosos de ella, que apuesten fuerte. Que crean en si mismos, que aprendan y no crean nunca que ya saben todo lo que hay que saber. Que sean humildes y pacientes. Que vayan mirando hacia adelante con un ojo y con el otro lo que han ido dejando atrás y si esa mirada es de progreso y superación que continúen hasta el final. Que sueñen con los pies en el suelo y con un pincel en la mano. Que pinten con emoción, que vivan su pasión, que la sientan y que no dejen que un día la pereza, el miedo, el desánimo ó un lienzo en blanco pueda con ellos, porque ése sería el fin.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
Mi primera venta fue de lo más curiosa. Hicimos una exposición con el colectivo de pintura al que pertenezco (VETTONIA) en una feria de Artesanía en Alcorcón en el año 2008, y uno de los primeros días un compañero del colectivo me llamó para decirme que habíamos hecho la primera venta y era un cuadro mío, lo cual me produjo una alegría tremenda. Los compradores eran una pareja y como aún quedaba mucha feria les dijeron que si no les importaba venir el último día a por él por aquello de no dejar huecos vacíos en el stand. Pagaron los 100€ que costaba, el chico dejó el nombre y número de DNI y se fueron. El caso es que el último día de feria estuve en el stand para conocerlos y hacerles entrega de mi preciada obra y no volvieron a recoger el cuadro. Me sabía muy mal haber hecho mi primera venta, tener el dinero y quedarme con el cuadro. Gracias al nombre y el DNI, un amigo mío policía consiguió un teléfono fijo al que llamé muchas veces sin obtener contestación hasta que después de varias semanas descolgaron el teléfono y hablé con la madre del chico que había comprado el cuadro. Después de contarle lo que había ocurrido me dijo que le extrañaba una barbaridad que su hijo hubiera comprado un cuadro cuando su novia pintaba cuadros también. No fue muy amable que digamos, y me costaba mantener la conversación con ella pues quería colgarme de inmediato. Conseguí al final que apuntara mi número de móvil para que su hijo me llamara y hacerle entrega del cuadro.
No recibí ninguna llamada y a día de hoy aún tengo el cuadro en mi casa con el nombre de la persona que me lo compró detrás y espero que algún día, se resuelva el enigma y el cuadro se reúna con su legítimo dueño. El cuadro era un acrílico de 40 x 40 cm en tabla titulado Paz.
Y al cuadro que le tengo más cariño es Tocando el cielo, óleo sobre tela 130 x 97 cm del 2007. Fue el noveno cuadro que pinté y era para una exposición colectiva cuyo tema a tratar era «La Música». Aún hoy me sorprendo viendo que me sacara una imagen así de la cabeza y que quedara de esa forma sin apenas haber cogido un pincel. Estaba tan emocionado que hasta escribí un texto:
¿Pintar la música?
Resulta difícil pintar la música, pues cada uno tiene su propia música y en cada época de su vida una melodía distinta.
Y que mejor melodía que la de la felicidad, esa que nos eleva por encima de las nubes a un lugar extraño y nos transporta mas allá de cualquier lugar conocido…
Una mujer cierra los ojos y comienza a escuchar su propia melodía, la música no se oye, se siente, emana de uno mismo y es aún mejor cuando sale de lo más profundo.
Para ella no hay mejor música que la del amor y no hay mayor amor que el sentir la vida de un recién nacido… No cabe en sí de gozo y su cuerpo se retuerce de felicidad, es dichosa y da gracias a la vida por esa oportunidad, recuerda todo lo que tiene y todo lo que ha conseguido. En su vida se reflejan todos sus seres queridos, su gran amor, su familia y hasta sus grandes amigos.
Lo abraza con la mayor de las ternuras y lo siente como suyo, lo toca, lo acaricia, lo mima…está tocando el cielo y sabe que un pedacito de ese cielo es suyo, está sintiendo la felicidad, el amor y la paz, mucha paz como la que inspira el mar cuando estas a solas con él.
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida?
Pues ahora mismo es mi máxima vocación. Creo que soy un privilegiado, pues tengo la suerte de poder dedicarme a aquello que siempre me ha gustado. La alegría con la que me levanto todos los días a pintar no creo que me la dé ninguna otra profesión. Cuando pinto, no existe el tiempo o no te percatas de él y en la vida, cuando eso ocurre se le llama felicidad.
Y no solo eso, una de las mayores satisfacciones que siento con esto es que hay personas que quieren tener algo mío colgado en una pared, lo cual me llena muchísimo porque además de tu propio disfrute, sabes que estás provocando un estado de bienestar a la persona o personas que lo contemplan.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Mis fuentes de inspiración son mi cabeza y mi vida. Como más disfruto pintando es inventando imágenes y plasmándolas en un lienzo. Mi imaginación es mi principal arma y lo que creo que debo explorar y explotar. Para alimentarla hay que vivir sacando provecho de todo lo que nos rodea, sentimientos, imágenes, sucesos, vivencias; cualquier motivo que despierte algo en nuestra cabeza puede ser un gran tema para un cuadro. Al principio me encantaba el Surrealismo y me encantaba Dalí, precisamente por eso que he dicho antes: me parece admirable como de la nada podía plasmar esos sueños o imágenes que se le pasaban por la cabeza. Mi pretensión ahora mismo es inventar una imagen, plasmarla e intentar hacerla realista.
En tu proceso creativo, ¿tienes alguna costumbre, práctica o manía que sea peculiar o curiosa?
Bueno, cuando preparo el lienzo o la tabla me gusta mucho pasar la mano por la superficie a modo de caricia. No llego a hablar en alto con mis lienzos pero si los mimo para que me ayuden a inspirarme. Y tengo la costumbre de apuntar siempre en el marco con rayitas las horas de trabajo que empleo en cada una de mis obras, de esta forma sé cuantas horas pinto al año.
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto nuevo en mente?
A finales de este mes, del 25 al 11 de diciembre, expongo en el Ibercaja de Guadalajara con el título de Dulce y Salado. Es una muestra en la que el agua y la naturaleza son protagonistas. Colgaré 25 obras que suponen un buen catálogo de todo lo que vengo haciendo. Cuando finalice ésta realizo otra del 12 al 30 de diciembre en el Centro Cultural San Juan Bautista de Ciudad Lineal en Madrid.
Y proyectos en mente, ¡buff! Un montón, la bandeja de salida de mi cabeza está repleta de cosas, y no sé si tendré suficiente vida para poder desarrollarlas. El tiempo pasa muy deprisa.
Podrías recomendarnos:
Un artista: Gustav Klimt.
Una obra: El beso, de Gustav Klimt.
Un libro: Los pilares de la tierra, de Ken Follett.
Una película: Vacaciones en Roma.
Muchas gracias Rafael.
Puedes ver la galería de Rafael Carrascal y la crítica de Artelista.
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