Hola, soy Miguel Ángel Casco, estudié la Licenciatura en Artes Plásticas y una maestría en Diseño de Información en la Universidad de las Américas Puebla, en ambas logré graduarme con honores.
Mi trabajo pictórico me ha valido la invitación para exponer tanto en México como en el extranjero, participando en más de veinte exposiciones individuales y colectivas, de las cuales destacan las realizadas en El Museo Latino en Nebraska (Estados Unidos), el Centro Cultural Universitario Bicentenario en San Luis Potosí (México), las Galerías del Palacio Municipal y Capilla del Arte en Puebla (México).
Actualmente trabajo en el Museo de la Cancillería de la Ciudad de México, en el área de Diseño, Administración y Museografía.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Mi padre es escultor, siempre me invitaba a apoyarle en su taller aunque la escultura no fue lo que llamó mi atención; me gustaba dibujar con carboncillos y lápices de colores. Hacía retratos, figuras animadas y uno que otro estudio de perspectiva. A mis doce años busqué inscribirme en mi primer taller de pintura, con el Mtro. José Arnulfo Munive, donde descubrí mi atracción por el ambiente casi alquímico que se producía en el taller en el que aprendí a pintar. Los materiales, su plasticidad y las texturas que resultaban de la pintura al óleo me encantaron y fue también donde descubrí que las imágenes fungían como un medio de comunicación y que a través del arte es posible comernos el mundo de otra manera.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
El mercado nos ha enseñado que mientras un objeto se venda como arte, es arte. Desde este punto de vista cabría destacar la importancia de las galerías para los artistas como agentes de legitimación. Si bien el artista debe ser capaz de construir una pieza bien estructurada, que dialogue, que invite a leerse y no sólo eso, sino que cuestione, que perturbe… La galería tendría la responsabilidad de acomodarla en el mercado.
Las estrategias que utilizan sitios como Artelista son bastante pertinentes, porque generan un diálogo entre la pieza y el espectador. Recién me inscribí al sitio, recuerdo que elaboraron un pequeño ensayo respecto a las piezas que había sometido al sitio, lo cual me maravilló porque significa que creen en el trabajo. En esta ocasión, a través de la entrevista sé que se sumarán personas a la lectura de mi propuesta artística. Con esto quiero decir que el vínculo entre galería y artista es de suma importancia, ya que la galería, de alguna manera, es la que catapulta el trabajo de a quien ella suscribe.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Esencialmente que trabajen de la forma más honesta posible y que más allá de la confianza que uno podría tener en sí mismo, que se apoye en referencias estables y sepa que no es el/la único/a trabajando en en ese campo, al menos me percibo así. También recomiendo estructurar los proyectos a partir de responder las preguntas ¿qué?, ¿cómo? y ¿para qué?, en función de generar un diálogo y no sólo un objeto de ornamentación. Y bueno, estar al día con las noticias, procurar estar informado y consciente de lo que sucede a su alrededor.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
Recuerdo que la primer obra que vendí fue a un amigo, pero se trató de algo escolar, en realidad fue una copia de un cuadro, aunque fue ahí donde decidí que quería dedicarme a eso. Posteriormente, ya en la Facultad de Artes, recuerdo que en 2011 me invitaron a exponer en las Galerías del Palacio Municipal de Puebla en México. Fue The Shining la obra que seleccionaron y con la que he generado una conexión peculiar, ya que a partir de esa pieza se ha construido mi discurso.
La exposición (titulada La imaginación de lo real) fue visitada por varias personalidades del medio cultural, entre ellas, por el entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Turismo y Competitividad, Lic. Pedro Ocejo, quien, maravillado por la obra, me invitó a participar en la elaboración de algunos cuadros para el Hotel Andante, proyecto que en ese entonces se estaba gestando.
Posteriormente, The Shining fue seleccionado y adquirido por Grupo Reforma dentro de la 5º edición de Muestra Arte Grupo Reforma. Gracias a ello obtuve el primer catálogo que contiene una de mis piezas y que tuvo un alcance global, de acuerdo con el proyecto de difusión del mismo Grupo Reforma.
Artistas UDLAP presentan su obra en la exposición: “La imaginación de lo real”
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida? ¿Vives del arte?
Definir un concepto tan complejo como arte involucra diversos cuestionamientos, aunque siempre intento responder a partir de un contexto, entonces más allá de resolver la pregunta ¿qué es el arte?, busco cuestionar dónde o cómo es arte. Y entonces me atrevo a definirlo como una estrategia de diálogo, que discute, polemiza, debate, una herramienta del conocimiento.
Para mí, el arte y la cultura son fundamentales por sus alcances; entrecruzan distintas líneas de pensamiento y sistemas de representación para abordar múltiples situaciones. En otras palabras han expandido mi panorama respecto al mundo, desde un nivel sensorial a un nivel racional.
No vivo del arte aunque actualmente trabajo en un museo y he tenido la oportunidad de conocer diferentes aspectos de la práctica artística ¿podría considerarse vivir del arte? Sé que falta mucho por recorrer y que aún no estoy en la posibilidad de mantenerme a partir de las ganancias de lo que produzco, pero va más allá de emplazarme en el mundo como cualquier otra persona que cursa una carrera con mayores oportunidades de empleo, es decir, un diploma o título no aseguran el emplazamiento de aquellos que invirtieron y apostaron por realizarse como licenciados en arte, es por eso que Luis Camnitzer señala como fraudulenta la enseñanza del arte en las universidades. Sin embargo, más allá de cuestionar el sistema de enseñanza podríamos preguntarnos por qué seguimos produciendo, o qué significa vivir del arte. Valdría la pena hacer énfasis en la pregunta dos de esta entrevista y elaborarla a un nivel macro, respecto del arte y la sociedad.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Como fuente de inspiración encuentro agradable las visitas a los museos, escuchar música, caminar por la Alameda Central de la Ciudad de México en las noches, leer e incluso ver películas. Como tema o necesidad siempre me he remitido al cuerpo humano y la representación de la personalidad que habita cada cuerpo.
Utilizo el imaginario erótico/pornográfico como vehículo de información. Considero que la pornografía juega un papel importante en la sociedad ya que funge como un sistema que ha controlado, no sólo las prácticas sexuales de nuestra sociedad, también nuestro pensamiento respecto a la inclusión y equidad de género. Naief Yehya (2012) menciona al respecto que “una sociedad que erradicara la decencia también aniquilaría la pornografía”, es decir, al modificar los paradigmas respecto a lo que debe y no debe censurarse se incrementa o disminuye la posibilidad de aceptación, la prohibición estigmatiza e invita a introducirse en lo prohibido.
¿Qué tiene tu proceso creativo que lo haga especial?
Desde una perspectiva técnica, he desarrollado mi propia receta para encausto, es más flexible. Me agrada utilizarlo a partir de veladuras por lo que tiene una consistencia cremosa que al mezclarse con los pigmentos pareciera que los encapsula y los suspende.
A nivel conceptual he trabajado con la representación de las personas que me rodean a partir de fotografías realizadas por mí. Escenas íntimas y un tanto eróticas construyen la ficción que los hace ser ellos. Actualmente estoy invitando a personas de mi círculo a enviarme una fotografía de ellos desnudos para posteriormente pintarla, con el fin de romper con la idea del modelo tradicional y trabajar a partir de la perspectiva de cada persona que acepte la invitación.
El trasladar una imagen digital a un medio pictórico supone una veladura de la misma imagen, es decir, su propósito se traslada a una pieza de arte que cuestiona la intimidad, la propiedad de las imágenes y los límites entre pornografía y arte.
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?
La última exposición en la que participé fue en enero de 2017, se tituló Quimeras citadinas y se realizó en la Galería Aguafuerte, Ciudad de México.
Actualmente me encuentro trabajando en una exposición individual, con planes para realizarse en octubre del presente año. La serie se titula Embodied y parte de la representación del cuerpo comprendido como femenino por la cultura de masas, interpretado a partir de la escena digital. Comenzó con imágenes de mi pareja que envió mientras nos encontrábamos separados y posteriormente se tornó a lo que concebimos como cuerpo de una mujer, exaltando aquellos rasgos considerados erógenos.
También me encuentro en la gestación de un proyecto que envuelve, como mencionaba anteriormente, la posibilidad de que cualquier persona me mande una foto de sí mismo desnudo. Más adelante sabrán al respecto.
Podrías recomendarnos:
Un artista: Es imposible pensar sólo en uno. Mencionaré a Lucian Freud por cómo retrata al cuerpo y no a la figura; a Chuck Close por su metodología de construcción de imagen; la estética relacional de Maurizio Cattelan, así como la perspectiva neowarholeana de Romina Ressia.
Una obra: The Raft of the Medusa del artista canadiense Addad Hannah donde se apropia de la realidad representada por el arte, donde el objeto de estudio no es la imagen sino la representación, al configurarse como un vídeo referente a una instalación que evoca la obra de Théodore Géricault.
Un libro: El mapa y el territorio de Michel Houellebecq y Pornografía: Obsesión sexual y tecnología de Naeif Yehya.
Una película: Fight club de David Fincher, American Beauty de Sam Mendes y It’s only the end of the world de Xavier Dolán.
Muchas gracias.
Te invitamos a visitar la galería de Miguel Ángel Casco en Artelista.
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