Soy un arquitecto de unos sesenta años que cada vez está más cabreado con el mundo (sea por la propia edad o por los derroteros que ha tomado la civilización) y que desea, cada vez más, vivir alejado del mundanal ruido y hacer lo que me de la gana en la medida en que no perturbe para nada a los demás. Esencialmente quiero que me dejen tranquilo y a cambio que se queden con todo lo que hago, si es que les interesa. En lo personal mi color preferido es el transparente, es decir si paso por este mundo sin que me vean en persona, mejor que mejor.
En la vida real, aparte de este compendio de quejas, desde hace unos quince años me dedico en parte a la enseñanza. Análisis de Formas, Expresión Gráfica, Composición, todas ellas a estudiantes de Arquitectura y de la Escuela Superior del Vidrio de La Granja, que es donde resido.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Empecé a pintar desde niño a todas horas y en toda ocasión sin que quiera eso decir que lo hiciera bien, mal o regular, simplemente era algo que me entretenía y me tenía como absorbido de forma permanente. Hasta pasados unos años ni siquiera tenía conciencia de que opinaba el resto del mundo de lo que hacía, ni me importaba. Algo curioso es que prefería el color a la línea, la mancha al trazo, y me sorprendió oír más tarde que la línea en realidad era una abstracción y que realmente no existía más que como un límite imaginario entre recintos.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
Para mi la galería tiene la doble cara de mercado de arte y de muestra. En ese sentido, y como soy tremendamente pragmático, creo que el artista debe dedicarse a producir y la galería a colocar en el mundo lo pintado, sea en forma de producto comercial o de hecho cultural. Además, creo que la Galería protege de alguna forma al artista cuando expone, en el sentido de que le arropa frente a la sensación de desnudo que produce enfrentarse a los demás al enseñar lo que has producido.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Que sigan o asuman estrictamente la expresión de Picasso (no estoy seguro al cien por cien de su autoría): “Un pintor es alguien que pinta lo que vende y un artista es alguien que vende lo que pinta”.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
Fue en una exposición un tanto “atípica” en un restaurante donde los cuadros expuestos eran una especie de “añadido gratuito” tanto para clientes como para los que exponíamos. Como no estaba ni siquiera cerca de mi casa dejé los cuadros sin firmar pensando en que sería una especie de seguro antirrobo. Para mi sorpresa cuando me pude escapar un fin de semana, el cliente había comprado el cuadro se lo había llevado y había dejado una nota con su dirección para que pasara a firmarlo, cosa que por supuesto no hice, por llevárselo a deshoras.
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida? ¿Vives del arte?
De niño (quizá a los cinco años más o menos) me sorprendió una frase del profe de religión. Solo Dios podía crear, es decir, producir algo desde la nada. El hombre estaba limitado a hacer las cosas a partir de otras, es decir a transformarlas únicamente. Creo que ahí surgió mi primer conflicto con el profe de religión, con la propia religión y quizá hasta con Dios, por abusón. Al poco tiempo ya me di cuenta por una parte que yo no era Dios y que no solo yo, sino cualquiera que no fuera un gandul podía hacer cosas desde la nada con más o menos acierto. Y así quizá surgió mi concepto de lo que era el arte: la creación más o menos afortunada desde la nada.
Para mi el arte juega el papel de escape total para hacer lo que me da la gana cuando tengo tiempo disponible y sin rendir cuentas a nadie, cuestión que dada mi profesión de arquitecto, cada vez necesito con más asiduidad. Ay del que piense que un arquitecto es un artista (en este siglo). Es un creador, efectivamente, pero al que le presionan a todas horas, desde todos los ángulos y sin límites conocidos hasta la fecha, y no puede haber algo más angustioso que pretender ejecutar algo creativo, que te emocione, con tanta presión y tanto barullo.
Y enlazando con lo anterior, si consideramos la arquitectura actual como un arte, pues vivo del arte, pero puedo decir que por cada minuto de creación dedico unos 200 minutos a temas accesorios e irrelevantes a nivel creativo que estropean ese sencillo minuto de disfrute creativo. Por el contrario con el modelado o la pintura, por cada 200 minutos de creación libre y sin presión, tengo que dedicar uno a temas accesorios “no creativos”.
¿Qué herramienta (o herramientas) usas para el modelado de tus obras y como las «imprimes»? ¿Qué crees que haría falta para que se valorara más el trabajo realizado como net-art?
Al ser el arte digital , producto de la tecnología informática, se da la tentación de distinguir el arte tradicional del digital señalando que éste es tecnológico, y el resto no. La tecnología consiste básicamente en un instrumento que posibilita una creación, y en ese sentido no existe diferencia entre un pincel y una paleta gráfica, Seguramente al hombre del paleolítico le parecería tecnología punta los pinceles y a los pintores del renacimiento los aerógrafos. Como otras personas, opino que la diferencia de herramientas es irrelevante respecto a la creatividad personal, pues la capacidad artística depende de factores más profundos que la mera utilización de los medios tecnológicos.
El Arte Digital (y aquí transcribo literalmente lo que dice Wikipedia, opinión que comparto al 100%) se inserta en un proceso progresivo de desmaterialización de la obra artística que se retrotrae a la incorporación de la fotografía al ámbito de las artes, a finales del siglo XIX. La fotografía separó el momento de la captación o construcción de la imagen del proceso de manipulación o transformación de los elementos materiales de la obra, proceso acentuado posteriormente con la aparición del cine, que incorporaba una nueva dimensión espacio-temporal intangible, que ya no se encuentra en el soporte material (la película impresionada) sino en el momento de la proyección. La televisión pudo posteriormente prescindir incluso de este soporte material y el proceso culminó, provisionalmente, en las técnicas de simulación y representación digital. No obstante, la creación de imágenes de síntesis sigue el proceso creativo de cualquier arte plástica, al crear imágenes a partir de modelos que surgen de la imaginación de sus creadores.
Aunque técnicamente el término arte digital puede ser aplicado al arte hecho mediante el uso de otros medios o procesos y posteriormente escaneado, suele reservarse para el arte que no ha sido simplemente modificado por un proceso de computación (como un programa de ordenador, o cualquier sistema electrónico capaz de interpretar una imagen digitalizada); los datos de texto, las grabaciones originales de audio y video-digitalizados no suelen considerarse arte digital en sí mismos, aunque pueden ser parte de un proyecto más grande de arte digital. Se habla de pintura digital cuando la obra se crea con las formas, técnicas y estilos de la pintura tradicional, pero utilizando el software de una plataforma informática. La imagen obtenida puede ser vista desde la pantalla de cualquier ordenador, o bien impresa en distintos soportes, como papeles o lienzo.
Existen distintos paradigmas en la creación de imágenes por ordenador. El más simple es el de los gráficos 2D por ordenador, que imitan, cómo se puede dibujar con un lápiz y un trozo de papel; la imagen está en la pantalla del ordenador y el instrumento con el que se podría dibujar sería en una tableta gráfica con un ratón. Lo que se genera en la pantalla puede parecer que ha sido dibujado con un lápiz, pluma o pincel.
Un segundo tipo y esto es lo que yo hago y enseño, son los gráficos 3D por computadora; la pantalla se convierte en una ventana a un entorno virtual, donde se “construyen” y colocan los objetos que posteriormente serán fotografiados por la computadora. Es un proceso de modelado cuyo resultado es una maqueta virtual que puede fotografiarse desde diferentes ángulos, pero en la que también nos podemos introducir virtualmente con una cámara que recorre la escena y nos “filma” lo que vemos.
Así, mi herramienta es el ordenador y para cerrar un ciclo tecnológico completo, cuando acabo una obra, además de mandárosla por mail para la Galería, se la mando a una empresa de impresión y le digo las características de acabado que prefiero (lienzo, papel, etc.).
Para evitar perder la noción de que existe un mundo fuera de la tecnología, suelo tener cerca un botijo o un porrón que me recuerda en que mundo vivo.
Con relación a la valoración del arte digital estamos con un problema que no es nuevo. No se quien dijo “cree el necio que es lo mismo valor y precio” pero estoy de acuerdo.
¿Puede haber tanta diferencia de precio entre dos cosas que son casi exactamente iguales (por ejemplo una pintura original de cualquier clásico del barroco español y una copia casi exacta de un buen copista?). Evidentemente el valor (su utilidad) es la misma, pero su precio no y aquí es donde está el verdadero secreto del problema; solo hay un original. Pero lo más divertido es que peguemos un par de brincos a la Arquitectura y al arte musical, por ejemplo.
¿A quien aplaudimos al terminar una audición de, por ejemplo, la 9ª sinfonía de Beethoven, a la orquesta por lo bien que la ha interpretado o indirectamente al compositor porque la obra nos pone los pelos de punta? ¿Qué tiene más valor y más precio, la partitura o la grabación de la ejecución? ¿Que tiene más valor y/o mas precio, la Sagrada Familia (edificio en teoría repetible en cualquier otro punto del planeta) o los planos de Gaudí?
Yo creo que el tiempo y la cultura colocan a cada uno y a cada cosa en su sitio y con el arte digital no va a haber excepciones.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Mi fuente de inspiración favorita es mi cerebro cuando estoy dándome un baño señorial o en un momento de relax. Todo se aglutina en ese tremendo “disco duro” que es el cerebro y sale solo. Únicamente hay que acordarse después de usar la toalla de apuntar las diez, veinte o treinta cosas que se te han ocurrido para purgarlas posteriormente y ponerlas en marcha.
No me identifico con ningún artista pero sé que todos sin excepción han influido, para bien o para mal en lo que hago. Precisamente parte del proceso de creación es esquivar elegantemente estas influencias. Pero sí me identifico con una afortunada frase de un pintor que dijo “Pinto lo que me sale de los cojones del alma”. Creo que es de Antonio López, pero me quedo más con la idea que con el artista (sea quien sea quien lo dijo, es la esencia de la libertad creativa).
En tu proceso creativo, ¿tienes alguna costumbre, práctica o manía curiosa?
Sin duda la meditación en la bañera (la ducha no vale, demasiado bullicio).
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?
He realizado 2 exposiciones colectivas y he acudido a dos ferias desde que comencé mi última etapa con la pintura. Por suerte o por desgracia en la primera de ellas fui el único de los seis que vendí y además dos de los seis cuadros expuestos, lo que me hizo ver que quizá había luz al final del túnel y que existía una forma sensata de llevar el pan a casa (aunque fuera poco pan) echando horas en el algo divertido. Desde ese momento empecé a pintar como un poseso en cada hueco de tiempo libre que tengo.
El año que viene haré una exposición en Madrid en una galería del barrio de Salamanca cuyo dueño todavía no lo sabe (pero admito apuestas).
Podrías recomendarnos:
Un artista: Antonio López, además de ser el nº 1 con los pinceles, cada vez que abre la boca es para decir algo que hace que pases varios días reflexionando y dándole la razón.
Una obra: Las Meninas de Velázquez.
Un libro: El tío Petros y la conjetura de Goldbach escrita por el griego Apostolos Doxiadis.
Una película: Dreams (Los sueños) de Akira Kurosawa y Steven Spielberg.
Muchas gracias Juan.
Te invitamos a visitar la galería de Juan Aguirre Vila-Coro en Artelista.
Muy buenos debates