Nací en la Habana, Cuba, el 27 de noviembre de 1962 y, por eso, no me percaté a tiempo de que nacía en una de las décadas más significativas del siglo XX no solo para el arte, pues casi todo intentaba cambiarse para bien o al menos verse desde un ángulo diferente y novedoso. Mis padres se separaron casi naciendo yo, pero permanecieron los dos siempre muy cerca de mí. Mi madre, de origen campesino, cantaba muy bien y tenía una mano para dibujar superior a la media. Mi padre, hijo de españoles, era ingeniero, e igual se notaba en las líneas de sus planos que podía haber sido un buen dibujante. Ambos, a pesar de sus profesiones, poseían una sensibilidad elevada para apreciar el arte de la cual me hicieron partícipe.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Aún tengo dibujos guardados que hice con solo cuatro años de edad. Me fascinaba recrear los personajes de los dibujos animados que veía en la TV. Mis padres se admiraban de mis intentos y los mostraban orgullosos a sus amistades. Eso me estimulaba mucho a seguir en ese camino y a la vez que me divertía dibujando, perfeccionaba mis trazos. A los veinte, restándole importancia a la pintura como carrera y soñando ser biólogo marino, me gradué de Licenciatura en Biología en la Universidad de la Habana en 1985. Pero la vida a veces, nos lleva a donde debemos, aún sin proponérnoslo. En los años 90 la economía del país y familiar se hizo crítica. Trabajaba como citogenetista en uno de nuestros hospitales, y me vi casi obligado a buscar otra vía para mejorar mis ingresos. La pintura y mis dibujos fueron la solución. La situación estimulaba mi creatividad y muchas imágenes me surgían en la mente aparentemente llegadas de la nada. De esa etapa nacieron mis primeros dibujos a lápiz que pueden definirse como surrealistas; creaciones de contexto oscuro donde generalmente mezclaba el desnudo humano con muros, ruinas y desiertos. Les daba aquellos dibujos a artesanos con licencia para vender en ferias y casi los regalaban. Poco después un galerista panameño vio uno de mis dibujos y me contactó. Me compró 5 cartulinas a muy buen precio, me encargó nuevas piezas y me propuso que pintara también lienzos. Sorprendido por el camino que se abría ante mí, empecé a valorar más lo que hacía. El negocio con este señor no fructificó como esperaba pero ya en 1996 comencé mis estudios de pintura. En el año 2000 me gradué como Pintor en la Academia de San Alejandro de la Habana y la pintura pasó a ser mi única profesión.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
La galería y el artista tienen un vínculo casi obligado pues ellas no pudieran existir sin los creadores del Arte que venden; sin embargo eso no significa que los intereses de ambos coincidan exactamente. Muchas galerías se abastecen de arte barato y fácil de vender y de un grupo reducido y único de artistas que acceden a tomar parte en ese juego. Otras cierran sus puertas a artistas que no sean de renombre, y mucho arte de tanta o mayor calidad, queda sin posibilidades de darse a conocer. Creo que debe haber una colaboración y apoyo mutuo entre galerías y artistas para beneficio de ambas partes. Las galerías deben considerar las particularidades de cada creador con normas y métodos flexibles que se amolden en cierta medida a dicha diversidad. Los artistas por su parte deben poner precios que tengan en cuenta sus posibilidades reales de venta y así facilitar, además de sus ingresos, una ganancia para la galería que le permita permanecer y ampliarse. Deben crearse espacios para los artistas nóveles con comisiones ventajosas para ellos, premiando y promocionando más la calidad que la comercialización de sus trabajos, de manera que estos artistas se sientan impulsados a crecer como artistas y no como creadores mediocres.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Creo que lo más importante para todo Artista es que en su obra se perciba sinceridad y para ello pienso que deben trabajar los temas que más disfrutan y que reflejen lo que necesitan expresar desde dentro de sí mismos. Hay muchos que solo tratan de estar a la moda y persiguen las nuevas formas de expresiones plásticas según surgen y las reproducen fríamente sin sentirlas como suyas. De esta manera nunca alcanzan un sello propio que los identifique ni comunican algo de sí mismos, que es uno de los fines del arte y de ser artistas. Puedan tener éxito temporal pero su trabajo solo es un eco del arte auténtico. Por otra parte es imprescindible la búsqueda de promoción usando todos los medios de que se pueda disponer. Tratar de realizar muestras con frecuencia y a la vez promoverlas para que la mayor cantidad de público posible pueda apreciarlas. El Internet y páginas web como Artelista son de gran ayuda para este propósito.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
Terminaba el año 1993 y mi primer hijo, había nacido unos meses antes. Había escuchado que en las calles de nuestra Habana Vieja los artistas exponían sus obras y las vendían a los turistas. Motivado tomé un cartón y pinte con óleo en pocas horas, una figura mitad mujer desnuda sentada con las piernas cruzadas y mitad pantera acuclillada. A mi alrededor había muchos artistas y artesanos que vendían de todo tipo de objetos además de obras plásticas. Pasaron horas y nadie reparaba en mi pieza, hasta que vino una mujer relativamente joven, que no era turista sino cubana como yo y se enamoró de mi óleo. Me ofreció 200 pesos cubanos y yo quedé complacido. Esa fue mi primera venta.
Me es difícil considerar una única obra mía como la de mayor conexión conmigo; pues cuando estoy enfrascado en cada una, siempre la siento como la de mayor importancia. Sin embargo luego de salir de esa influencia mágica, la capacidad de valorarlas desde un punto de vista más objetivo y alejado, regresa y hay unas que aprecio más que otras. Entonces me decido por La Libertad del Pensamiento; óleo sobre lienzo de 150 x 125 cm que realicé en el 2002, donde mi esposa fue la modelo.
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida? ¿Vives del arte?
El Arte es una forma de expresión donde los sentimientos más profundos quedan expuestos aún sin proponérselo el artista, así se establece una comunicación de éste con quienes aprecian su manifestación artística por empatía e identificación, como si la sensibilidad de los observadores entrara en resonancia con la del creador vibrando a la misma frecuencia que motiva su Obra. El Universo es tamizado por la mente exaltada del Artista y representado nuevamente ahora a través de sus códigos y capacidades para el resto de las personas. Es un mensaje que permanece y sobrevive a su autor mientras exista su creación y esta sea apreciada por alguien más.
El Arte complementa mi Vida en muchos sentidos; no solo porque me brinda ingresos. Cuando estoy en proceso de creación, generalmente escuchando la música que más me motiva, me siento envuelto de cierta magia indescriptible que me traslada de la realidad cotidiana, la vida se torna intensa y se enriquece de misterios, ampliando sus horizontes. Gracias al Arte me siento capaz de expresar ideas y muchas cosas que son imposibles de decir con palabras o con razonamientos lógicos. El Arte va siempre conmigo, la mayoría del tiempo callado sin hacerse notar para los demás; pero captando cada detalle a mi alrededor casi de manera inconsciente. Igual sin aviso ni explicación, de repente envía a mi mente un mensaje de ideas expresadas en imágenes y sentimientos, que empiezo a necesitar muy fuertemente convertir en una obra papable y real. Si esto dejara de sucederme, la Vida perdería parte de su encanto para mí.
Tu obra recuerda muchísimo a la de Arcimboldo aunque destaca por tener una vertiente sensual de la que carecía el artista italiano, ¿qué opinas de esta comparación; te sientes identificado con él?
Sinceramente, cuando pinté mi primera “Mujer Fruta”; como llamo a ese tipo de trabajos míos, no conocía al famoso artista del Renacimiento italiano, Giuseppe Arcimboldo. La primera pieza de este tipo la hice en el 1998 en menos de una semana y la titulé Naturaleza Mujer-Está sugiriendo: la palabra “Naturaleza Muerta”. Buscaba una obra más atractiva, fácil y comercial como alternativa para vender rápidamente. Llegué a este tipo de figuras más a través de mi admiración por Salvador Dalí que por Arcimboldo a quien conocí después precisamente cuando alguien mencionó la semejanza de mis bodegones a los del maestro. Había dibujado antes una cara de Leona con Mujeres: Mimetismo (1994) y un rostro masculino hecho de Bailarinas: Partenaire (1997). En ambos casos estaba más influido por el método Paranoico-Crítico de Dalí, nacido precisamente de su admiración por la obra de Arcimboldo. En el año 2001, hice el pequeño gouache Las Alas del Polvo donde pinté el rostro de mi esposa con mariposas, y años más tarde el lienzo de pequeño formato: Cuando el Azar te Descubre que se acerca más al trabajo de Arcimboldo pero como antes, involuntariamente.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Mis fuentes de inspiración pueden ser: la belleza de una mujer, el amor, un atardecer desde mi balcón, el misterio detrás de las cosas más simples y cotidianas, viejos muros o ruinas que se confunden con la vegetación, la naturaleza misma, el tiempo, una melodía conmovedora, un lienzo o una escultura magnífica y cualquier otra manifestación artística que me toque profundamente.
Creo que he recibido influencias de muchos artistas. De niño disfrutaba mirando libros ilustrados con obras del Renacimiento pertenecientes a Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel y de pintores del Barroco como Georges de La Tour, Rembrandt y Velázquez. Admiraba más aquellas obras llenas de luces y sombras donde la belleza de la anatomía humana era exaltada. Recuerdo como la mayoría de los Pintores reconocidos del momento negaban el modo realista de representar y sentía que mi gusto no encajaba con el arte moderno. Un día vi impresas dos obras surrealistas de Salvador Dalí: El Cristo de San Juan de la Cruz y El Puerto de Cadaqués y supe que el Realismo y el arte moderno podían coexistir y fundirse. Ya estudiando Arte conocí y admiré la obra de otros surrealistas como René Magritte y Frida Kahlo.
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?
La Vida familiar, mi velocidad media de producción y encargos que más o menos se presentan, no me han permitido desde hace un tiempo acumular suficientes obras para una exposición personal; pero no he dejado de participar en exposiciones Colectivas de importancia. En el año 2011 me hice Miembro de la Sociedad para el Arte de la Imaginación que dirigía la reconocida artista: Brigid Marlin (Art of Imagination). En Noviembre de ese año participé con tres Piezas (Punto de Retorno II, El Eco de la Luz que un Día te Vio y El Rostro del Viento) en la Exposición Anual de dicha sociedad, celebrada en Londres, Inglaterra, en la Galería Pall Mall. En abril del año siguiente (2012) esas mismas obras se exhibieron en otra exposición de la sociedad celebrada esta vez en la Galería Phantasten Museum Wien (Austria).
Mi proyecto para el futuro es lograr centrarme más en mi trabajo como artista, organizando mejor mi tiempo para lograr exposiciones personales con más frecuencia. En cuanto a mi estilo: a veces pienso en trabajar menos los detalles y lograr con trazos más sueltos y rápidos la misma apariencia de realismo de mis piezas actuales, tratando de aprender de la obra y la forma en que trabajaban genios como Velázquez o Sorolla. Ganaría en velocidad y espontaneidad; pero puede que se pierda un poco mi sello y lo que es atractivo de mi obra para aquellos que siguen mi trabajo. Entonces habría que probar y poner en una balanza ambas cosas.
Podrías recomendarnos:
- Un artista: Salvador Dalí.
- Una obra: Cisnes Reflejando Elefantes, de Salvador Dalí.
- Un libro: Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury.
- Una película: La Máquina del Tiempo, versión inglesa de 1960 dirigida por George Pal y con Rod Taylor.
Muchas gracias Ignacio.
Os invitamos a visitar la galería de Ignacio nazabal en Artelista.
Comentarios recientes