Nací en la ciudad turística de Miramar (Argentina) en 1969. Estudié Óptica y Contactología en la Universidad de Buenos Aires. Una vez asentado y afianzado en mi profesión, di lugar a mi pasión y asistí a varios talleres de dibujo y pintura, con diferentes maestros y técnicas.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Naturalmente, desde que tengo conciencia, quizás como todo niño. Según cuenta mi madre, a los cinco años dibujaba seis cuadernos por semana. Si bien de joven tuve la necesidad implacable de externalizar mi mundo interior, reconozco que la revelación fuerte de mi búsqueda incesante y trabajo persistente en la pintura surge a través de la ausencia física de mi padre.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
Existen en mi país muchas galerías nuevas que cobran a los artistas una mensualidad para su representación, se salvan con la ilusión del artista emergente, sin respetar el trabajo y la sensibilidad. Entonces brindo por las galerías serias, que apuestan con respeto a los artistas no consagrados, pactando solo un porcentaje de las ventas.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Que sean verdaderos y sinceros, que sigan los latidos de su corazón, que sean conscientes que lo que van a mostrar son fragmentos latentes de un valioso espíritu, un pedazo de cielo de la inmensa intimidad.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
Afortunadamente en mi primer muestra, vendí dos obras, un comprador fue mi marquero (enmarcador de cuadros) y el otro “mi tío”, cuya obra hacía referencia a su hermano, es decir a mi padre, y me exigió que se la cobrara para sentirla verdaderamente propia. Cada vez que lo visito y la veo, me produce la misma tristeza que tenía al realizarla, es ahí cuando reafirmo mi creencia en el arte verdadero, más allá de la técnica.
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida? ¿Vives del arte?
El arte es vida, es la inversa de la destrucción y la violencia, se puede atacar con el arte, pero desde el amor. Soy muy afortunado, gracias a la sensibilidad que nos trasmitieron mis padres, toda mi familia vive el arte en sus distintas formas y con muchísima intensidad, mis hermanos, mis hijos y mis sobrinos, (obviamente predominan los músicos).
Todavía no vivo del arte, ejerzo como Técnico Óptico en mi ciudad natal, Miramar.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Mis fuentes de inspiración además de las pinturas de los grandes maestros y mis pares, suelen ser la poesía. Bill Evans, Keith Jarrett, Pat Metheny, Miles David, Chick Corea, el sonido de la naturaleza, el ruido de la humanidad, el silencio.
Hay dos artistas que admiro muchísimo, corresponden al neo expresionismo, Miquel Barceló y Anselm Kiefer,
¿Qué tiene tu proceso creativo que lo haga especial?
Suelo recurrir habitualmente a un ritual que utilizaba Antoni Tapies, recorro el taller, observo algunas obras que creo finalizadas, me familiarizo con el olor, los materiales y poco a poco en silencio, voy entrando en mi interior para entregarme a la búsqueda de un cielo que quizás no exista en mí, pero que será la excusa perfecta para no detenerme.
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?
En diciembre del 2016 inauguré una muestra en mi ciudad natal que titulé, Los testigos de mi ausencia”, con técnica collage, reciclando materiales que voy desechando en mi taller.
Para 2017, además de algunas muestras colectivas, estoy invitado a realizar una muestra individual en Colombia, Galería Pilares.
Podrías recomendarnos:
Un artista: Luis Alberto Spinetta.
Una obra: Blue Poles, Jackson Pollock.
Un libro: Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda.
Una película: El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela.
Muchas gracias.
Te invitamos a visitar la galería de Darío Berterreche en Artelista.
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