He vivido desde mis comienzos laborales gracias al manejo de la imagen visual. Desde mis primeros tiempos como diseñador, director de arte y luego director creativo en las principales agencias mundiales de publicidad hasta hoy, no he parado de conceptualizar y plasmar imágenes como parte de mi labor diaria. Hoy estoy completamente dedicado a la pasión de mi vida, la pintura, luego de haber vendido todas mis empresas para dedicarme en exclusiva a ella.
Entre algunos logros se cuentan el desarrollo de cientos de logotipos, identidades corporativas completas, desarrollo de productos de gran éxito y campañas muy conocidas y premiadas en Chile y el extranjero. Trabajé en conjunto con afamados estudios internacionales de diseño como el de Ettore Zottsass, fundadores del movimiento Memphis, junto a Marco Zanini y otros equipos multinacionales en varias agencias fuera de Chile. Luego de esa amplia experiencia, fundé en Chile mi propia agencia de publicidad y varias empresas relacionadas, basando mi “escuela” en principios propios del movimiento Bauhaus. Un dato relevante, que ha influenciado fuertemente mi obra, son los estudios de psicología, particularmente un post título sobre Psicopatología en Freud, dictado por el inigualable maestro argentino Guillermo Brudny.
¿Cuándo y por qué empezaste a pintar?
Cuando era muy pequeño y la verdad es que desconozco la razón. Yo creo que simplemente venía con la programación genética lista. Mi bisabuelo catalán era pintor, escultor, escritor y periodista. Digamos que fue su culpa.
¿Cómo crees que deben ayudarse una galería y sus artistas?
Generando una relación de confianza y apoyo mutua, como se hace en cualquier proyecto exitoso de cualquier ámbito. Cómo dice El Principito, “hay que crear lazos”.
¿Qué consejo darías a aquellos artistas que empiezan a mostrar su obra?
Que abran la cabeza y sean honestos con su obra y su vida. El error más habitual es el “querer ser”, en lugar de simplemente “ser”. Eso se ve reflejado en una obra tiesa, rígida y pretenciosa.
Hay que aprender toda la técnica, para luego olvidarla. Zen y el arte del tiro al arco es un buen libro para entender la idea. Es como cuando conduces un coche, una vez que aprendiste, ya no vas pensando donde está el acelerador o el freno. Simplemente los usas. Eso es lo que hay que lograr.
¿Cómo vendiste tu primera obra? ¿Hay alguna con la que sientas una mayor conexión?
La primera obra la vendí en mi primera exposición y, por su historia, siento una gran conexión con la obra Sideral, vendida por ustedes. Es una tela que me mandó hacer un cliente en medidas de 3 x 1 metros y me pidió un cuadro para la recepción de su edificio corporativo. Me dio un infarto y no pude pintarla, pero la idea de hacerla me daba fuerzas para recuperarme. Se transformó en un desafío personal. Estuvo guardada por años y viajó por distintas casas y talleres, hasta que un buen día perdí el miedo y me lancé. No paré hasta terminarla. Fue un proceso frenético de exorcismo y placer desenfrenado, con un resultado que me dejó muy feliz.
¿Qué es el arte para ti? ¿Qué papel juega en tu vida? ¿Vives del arte?
El arte es una forma de ver la vida. Para mí no juega un papel exactamente. Más bien es parte de mi diario vivir. Simplemente me cuesta horrores no pintar o dibujar. El arte es un vicio. Eso es.
No vivo del arte, pero podría decir que mi vida se estructuró en torno y gracias a él. De alguna forma, las rentas que tengo hoy provienen de un amor eterno por el diseño, la estética, la creación y otras yerbas similares.
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración? ¿Te identificas con algún otro artista?
Nunca he necesitado inspiración. Simplemente me siento y pinto. Para mí, tener una superficie en blanco y algunos instrumentos para mancharla, son suficientes. Son una tentación irresistible para alguien tan vicioso.
Roberto Matta creo yo que tuvo una influencia en mi obra, a pesar que si las comparas uno a uno, no son ni parecidas. Sólo está una reminiscencia subyacente que a veces aflora y lo evoca.
¿Has realizado alguna exposición últimamente, qué puedes contarnos? ¿Tienes algún proyecto en mente?
No y tampoco pienso hacerla, a pesar de tener varias ofertas. Al menos en Chile, no tienen ninguna utilidad y son un gasto y una pérdida de tiempo. Mis clientes están en Europa y Estados Unidos. Vendo casi todo allá. Hay varias galerías de Estados Unidos que me han ofrecido su espacio gentilmente, pero el traslado de obras es un lío de papeles y de dinero.
Podrías recomendarnos:
Un artista: Roberto Matta.
Una obra: Demasiadas.
Un libro: El Principito de Antoine de Saint-Exupéry.
Una película: Lo que queda del día de James Ivory.
Muchas gracias.
Te invitamos a visitar la galería de Camplá Livesey y a leer la crítica de Artelista.
Me ha gustado de Francisco Javier su honradez y sinceridad,su obra es muy buena y su personalidad encajan en un maestro del arte como demuestra ser este artista.