Dicen que el amarillo es el color de la calidez, del optimismo y de la diversión. Es el color del sol, pero también del fuego y puede transmitir agitación y desequilibrio. En la nueva serie de lienzos de Marcial Rincón se mezclan diferentes tonos, pero el amarillo refulge en la retina del espectador dominando el efecto psicológico de sus cuadros.
Así es, por ejemplo, El Molino, en el que una niña presentada de espaldas se abre camino entre la inmensidad amarilla aferrada a su juguete. Los famosos paisajes urbanos del pintor madrileño han sido devorados por las llamas de este fondo abstracto que refresca al espectador como una caña de cerveza bien tirada en una terraza de la capital.
En la misma línea que El Molino, está Figurando, una curiosa obra en cuanto a su formato apaisado, pero de nuevo vibrantemente luminosa en cuanto a su técnica. El amarillo, aquí, ya no se siente tan dominador del lienzo. Los verdes, azules y naranjas, siempre chispeantes, generan un fondo en el que este grupo de personas, también de espaldas, caminan con serenidad. Esta tranquilidad que transmiten las figuras contrasta de alguna manera con este bullicioso arcoíris del fondo.
Más armónico nos resulta la relación entre las figuras de Popular y el fondo abstracto. En realidad, en este lienzo tenemos la sensación de que todo está en el mismo plano, gracias al facetado de las figuras que, por momentos, están cerca de fundirse con el magma amarillo. Como en algunos de sus paisajes urbanos, en el que las figuras se relacionan entre sí, en Popular se pone el énfasis en el movimiento, en la concordia y en la celebración de la vida, sin dejar a nadie atrás.
En Volcán, sin embargo, la significación de la obra tiene menos relieve que la técnica. Dos turistas, desde una loma oscura, se asoman a este estallido cromático en el que el amarillo tiene más sentido que nunca. Introducción es la otra cara de la moneda: las figuras han desaparecido, el espectador, por fin, ya no tiene ningún representante en la superficie pictórica, ya no puede mirar a través de otros ojos. Son, ahora, las capas cromáticas, compuestas a base de facetas, tal y como le gusta a Marcial Rincón, las que dominan plenamente la composición, como sucede también en Intangible, cuyo título es más significativo.
En esta etapa amarilla no podía faltar la combinación entre la tradición del paisaje urbano madrileño que tanto éxito le ha dado a Rincón con la llamarada cromática de su última experimentación estética. Se llama De Noche, pero bien podría llamarse Arde Madrid. Pero las metafóricas llamas que dominan la parte inferior de este lienzo apaisado no parecen sinónimo de trance ni revolución. En realidad, tanto el Palacio Real como la Almudena no arden, sino que brillan aun más bajo ese lecho flameante.
Pero, como hemos dicho, Marcial Rincón ha sido popular en su ciudad desde hace años por sus paisajes urbanos que ha llegado a exponer dos veranos en el Aeropuerto de Barajas: una buena forma de dar a conocer los atractivos de Madrid a los numerosos turistas que llegan a la capital con la canícula.
Aunque siempre se ha calificado a Marcial Rincón de ser un geómetra expresionista, en los cuadros del pintor madrileño nosotros vemos una feliz convergencia de dos tendencias: la vitalidad palpitante del impresionismo y el facetado técnico de algunos postimpresionistas. La energía que transmiten sus paisajes urbanos es una energía limpia, sin ambages, que no se detiene en la interpretación de la realidad. Pura vida urbana, y nada más (ni menos).
Así mismo, a nivel técnico, Marcial se aleja de la pintura atmosférica buscando —y encontrando— la pincelada adecuada para esa transmisión de energía limpia: una (re) construcción de la realidad a través de facetas cromáticas que logran alcanzar la esencia de lo representando transfiriendo, así mismo, esa sensación de movimiento perpetuo: es el corazón de Madrid que late, de día y de noche, en sus calles, plazas y monumentos.
En lienzos como Plaza de Madrid, Por el Mercado de San Miguel, El Rastro, o Madrid Noche, Marcial Rincón alcanza plenamente sus objetivos: una pintura cordial, actual, limpia, sincera y popular que transmite el ritmo de la ciudad.
Te invitamos a visitar la galería de Marcial Rincón en Artelista.
Excelente.