Juan José Pedrosa (Lemoa, Bizkaia, 1968).
Reside en Mérida (Badajoz).
Estudió Ilustración en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida. Trabaja como diseñador gráfico en el Departamento de Publicaciones de la Asamblea de Extremadura. Forma parte de numerosos catálogos, exposiciones colectivas e individuales. Ha sido premiado o seleccionado en varios concursos de pintura.
Juan José Pedrosa (Lemoa, Bizkaia, 1968).
Reside en Mérida (Badajoz).
Estudió Ilustración en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida. Trabaja como diseñador gráfico en el Departamento de Publicaciones de la Asamblea de Extremadura. Forma parte de numerosos catálogos, exposiciones colectivas e individuales. Ha sido premiado o seleccionado en varios concursos de pintura; los más recientes son el XXXVIII Certamen Nacional de Pintura Villa de Campo de Criptana, Campo de Criptana (Ciudad Real); el XXXV Concurso de Pintura Sanvisens, Sitges (Barcelona); el LII Concurso Internacional de Pintura Homenaje a Rafael Zabaleta, Quesada (Jaén); el VII Certamen de Pintura de Pozuelo de Alarcón, Pozuelo de Alarcón (Madrid); el II Certamen de Arte Contemporáneo Salvador Victoria, Albentosa (Teruel); XII Concurso Nacional de Pintura Pintor Matías Ruz, Arjonilla (Jaén); la VI Bienal Internacional de Pintura Los Santos de Maimona, Cuna de Artistas (segundo premio), Los Santos de Maimona (Badajoz); XXVIII Premio de Pintura Ciudad de Algemesí, Algemesí (Valencia); el XLVIII Certamen de Pintura Vila de Pego (Alicante); el XXVIII Certamen de Pintura Indalecio Hernández Vallejo, Cáceres; y el I Premio Nacional de Pintura Omorfia Ciudad de Cádiz.
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La serie Presencias está conformada por obras donde los elementos figurativos priman sobre el resto de partes de la composición. En ellas, hombres, mujeres, niños aparecen descontextualizados, fuera de todo escenario posible en que puedan hallarse en el momento de ser retratados, en un proceso de desnaturalización consciente que busca centrar la mirada de los espectadores
en las personas.
Figuras humanas que, si bien carecen de escenarios reales posibles, sus gestos, sus posturas, su forma de estar en las obras permiten recrear esos espacios que no se muestran explícitamente.
Por otra parte, las personas representadas no miran al espectador, se muestran de espaldas o semigiradas. Pretendo así reflejar un comportamiento más natural: cuando no nos sentimos observados, cuando no posamos, resultamos más auténticos, naturales, sinceros. Corresponde, por tanto, a quienes miren la obra imaginar qué es lo que les interesa a estos individuos de lo que están mirando, qué piensan, cómo reaccionan ante un estímulo, quiénes son y qué esperan.