Medellin, 1898-1981
Perteneciente a un grupo de artistas antioqueños que plasmaron en sus obras figuras locales tanto de la ciudad como del campo, en el periodo entre 1920 y 1950, cuando se vislumbro la emancipacion de las artes nacionales de la tradición europea anterior.
Horacio Longas nació en Medellin a finales del siglo pasado, fue discípulo del Maestro Francisco Antonio Cano, del cual heredó su acierto en la composición y en el dibujo ; trabajó en arquitectura cuando apenas frisaba en los veinte años y en la década siguiente fue caricaturista, haciéndose notable por las historietas llamadas "Los Pueblos" y con sus producciones del mejor humorista que calificó "Sombras Chinescas" que pusieron de manifiesto sus virtudes sicológicas y la alta técnica de dibujo; por último decidió consagrarse a la pintura y escultura que constituyeron las actividades donde obtuvo los mayores triunfos.
Lo anterior muestra que el maestro Longas fue un artista polifacético cuya obra causó siempre impacto en la opinión pública que lo rodeó con simpatía y admiración durante su vida.
Sus trabajos tuvieron una orientación regionalista, con el profundo sabor de su tierra de la cual dio testimonio en todas las actividades. Puede decirse que fue un pintor de la raza tan auténtico como su colega y amigo Humberto Chaves, pues aunque uno y otro imprimieron características diferentes a sus tareas artísticas, en ambos predomina sin duda la antioqueñidad.
Tuvo una época dedicada casi por completo a las caricaturas de sentido político y en este campo dejó una obra apreciable en la cual quedaron plasmados con rasgos indelebles los grandes personajes de su tiempo como: Enrique Olaya Herrera, León de Greiff, Alfonso López Pumarejo, Guillermo Valencia, Alfredo Vásquez Cobo, entre otros. Sería exagerado decir que estuvo a la altura de Ricardo Rendón, pues éste dejó una obra más copiosa de gran agudeza política, hasta el punto que sus caricaturas producían tanto efecto en el ambiente como el editorial de un gran periódico.
Como dibujantes fueron igualmente hábiles, dado que en nada superan las caricaturas de Rendón sobre el General Berrio, el maestro Valencia u Olaya Herrera, a las que publicó con frecuencia el maestro Longas sobre los mismos personajes.
Además podría decirse que la obra de Rendón fue notoriamente política, con gran percepción de las ocurrencias nacionales, mientras la de Longas fue evidentemente social, por haber expresado los dolores y amarguras de los más pobres.
Aparte de su obra humorística, Longas dejó huellas muy personales en la arquitectura, en la ilustración de diarios y revistas, y en sus pinturas y esculturas. Con razón Jorge Cárdenas Hernández y Tulia Ramírez escribieron una reseña que puede resumirse en estas palabras: "Sus obras poseen un lenguaje poético concentrado, de estro sencillamente antioqueño, en su planteamiento formal, como pueden serlo las novelas cortas de Carrasquilla o los cuentos de Efe Gómez".
Hay un comentario muy sagaz y que varios críticos incluyeron en sus estudios sobre la obra de este singular artista de Antioquia: ninguno de sus lienzos lleva título, sencillamente porque sus obras y trazos no pueden estar limitados o definidos rígidamente por palabras.
Siempre trató de ser intérprete de su pueblo, dedicando sus trabajos a imágenes de agricultores, taúres y mineros; gente arraigada en su tierra a través de la cual logró transmitir un mensaje estético de gran emotividad y profunda autenticidad.
En todas estas pinturas el maestro Longas puso una fuerte intención sicológica para corresponder a una realidad palpitante; hay cuadros como "El Paisa" que muestra una figura del antioqueño montañero de mediana edad evidenciando la fatiga por el intenso trabajo y luciendo las prendas irremplazables del auténtico paisa: la ruana, el sombrero, el carriel y la postura de un hombre de carácter.
De la misma manera que su obra arquitectónica tiene perfiles cuidadosamente diseñados, siempre adecuados al caso, sus pinturas reflejan un estudio cuidadoso, cálculo atento y ánimo de perfección.
Tengo claro el recuerdo de una exposición personal que ofreció en el Centro Coltejer en 1972, donde aparecieron una veintena de cuadros al óleo y unas pocas esculturas en madera tallada. Fue muy favorable la crítica a las obras presentadas en dicha exposición, lo que incrementó el prestigio del maestro como gran pintor y escultor.
Las obras de Longas tienen la virtud de que se reconocen de inmediato sin que jamás se exija acercarse a comprobar su firma, de tal suerte que la simple mirada comprueba el origen del óleo, la acuarela o la escultura producida por este gran artista. En esto se identifica con ese otro ilustre antioqueño el Maestro Pedro Nel Gómez, quien le imprimió a sus obras una personalidad inequívoca, diferente, revolucionaria y admirable.
Horacio Longas se dedicó a la pintura y a la escultura en la mitad de los años 50s y nunca cambió su estilo ni su inspiración; sus mejores obras fueron pintadas en acuarela y la inmensa mayoría dedicadas a las figuras y actividades humanas, muchas de ellas campesinas.
Participó en numerosas exposiciones colectivas y en algunas individuales de verdadera resonancia, siempre soñó ser un gran pintor y no perdía la oportunidad para decir que no había logrado aprender tan difícil oficio. Longas dejó numerosa familia cuyos miembros cultivan con gran amor y admiración la memoria de su antepasado.
El maestro Longas murió en Medellín, llegando en plena lucidez a los 83 años de edad; desde entonces su variada producción artística suscita siempre gran admiración, adquiriendo cada día mayor prestigio.
Tomado del libroDos Maestro Antioqueños.
Este libro publicado con el patrocinio de Química Amtex S.A., es un reconocimiento a su obra artística consagrándolo como uno de los grandes maestros de esta tierra.
Medellín, mayo de 1996