Jaime Segura (Santa Cruz de Tenerife, 1967), ha sido definido por la crítica especializada en los siguientes términos: “ecléctico y autodidacta, vocacional del fotoperiodismo, seducido por el diseño y con cierta predisposición al tecniscismo visual de la tradición fotográfica germánica, trabaja sobre ciertas convicciones personales que permiten la perfecta combinatoria entre hedonismo y heterodoxia en su obra”. De entre sus últimas exposiciones destacan las individuales Estrategias para la mirada (2002) y Arquitecturas elementales (2004). Algunas de las series integrantes de esta última exposición fueron presentadas en la edición 2003 de la Bienal internacional Fotonoviembre.
De la pasión del viajero solitario –“una auténtica cultura que requiere dejar atrás el país y la costumbre para comulgar con nuevos mundos”- nació la pasión por la fotografía. “Progresivamente me fui dando cuenta de que, en realidad, no me interesaba la fotografía como testimonio. Hay una agradable sensación de renacimiento y revelación en lugares en los que uno sólo puede ser testigo de otras vidas”.
Kenia, Nepal, Tanzania, Cuba, Inglaterra, Senegal, Mali, Ecuador, Islandia, Perú, Estados Unidos, Japón, Holanda, Rusia, Noruega y Suecia son algunos de los lugares “retratados desde el interior” de Jaime Segura. Su estética se basa en un equilibrio entre el conocimiento técnico e histórico y la capacidad emocional de la imagen. Su fotografía está concebida según una combinatoria de efectos que dependen de la luz, de la relación de los colores, de las formas en el espacio y, además, de la imbricación de estos elementos en un marco de naturaleza intelectual. Este marco es fundamental para ordenar y clasificar lo que ya existe y es captado por su cámara, para transfigurar la existencia objetiva en existencia estética. Pero por encima de la teoría y la fórmula, Jaime Segura entiende que la fotografía que no existe para los sentidos no existe tampoco para el intelecto.”Una buena fotografía es una meditación compleja sobre lo ajeno. El fotógrafo es un merodeador, un estratega de la mirada, un poeta de urgencia”.