CINCELADAS DEL CORAZON
Por: Ingrid T. Bautista R.
Revista: A Bordo Aces.
Desde su llegada al aeropuerto de Bogota el maestro Julio Londoño no paro de hablar un segundo. Y a medida que sus palabras traspasaban la fría mañana, fui conociendo al artista, al hombre, que ama la vida con tanta pasión como a la escultura. Amar la vida con ese sentido, es el resultado de haber regresado de la muerte hace muchos anos y darse cuenta que no quería partir con el arrepentimiento de no haber sido escultor. Por esta razón Londoño emprendió el camino hacia lo que realmente amaba, descubrió a través de la escultura que cada golpe con su martillo y cincel sobre el mármol, era un golpe de vida, de voluntad, de inteligencia.
El mármol es para el maestro Julio Londoño el material preferido para esculpir sus sueños, sus temas de "Mujer", "Gloria al Creador", "Mediterráneo", "Altamira", "Alfonsina y el Mar", "Caín", "El Artista y la Musa " entre otras. Lo hace en Mármol de Carrara, en Mármol Risaralda o en Mármol Verde.
En sus obras, como lo dice el mismo, "busco traspasar la piel, busco que mis esculturas expresen espiritualidad; por ejemplo en "Gloria al Creador" me vi como ese creador de un ser humane, de un ángel. Modelo una mano, es mi mano expresiva de la creación, le coloco a la obra alas de libertad".
El mármol, blanco, duro, inerte, tiene para el maestro varios elementos: la magia que consiste en que sus ojos puedan ver mas que un pedazo de piedra, una obra de arte el mármol fue el material preferido por los griegos como Fideas y Miguel Ángel para sus excelentes esculturas; además, tiene para el tallador carácter y la voluntad.
"El mármol me hace sentir vivo, porque es una lucha de la voluntad del hombre, de la mente del hombre, contra un elemento inerte. Pasada la mano mágica del artista, doblega la voluntad de las personas y las incita a acariciar la escultura. Es una magia. Somos la mano extensiva de Dios. Cada golpe que yo doy es un golpe del corazón, de estar vivo, porque no es escultor todo el mundo, se necesita carácter, no se puede rendir pero no puede pelear. Al mármol hay que tratarlo con amor, con respeto; el se insinúa, se ablanda, se endurece por que el mármol tiene savia".
Su deseo de conocer, de ser exponente del arte de su país, lo ha impulsado, por voluntad propia, a representar a Colombia en varios concursos internacionales en Argentina, Uruguay, Italia, etc., mereciendo galardones como el Premio de los Niños en Uruguay o el Sexto Premio en el Encuentro de Escultura en Uruguay. Sin embargo, esto ha sido solo su iniciativa individual porque no ha tenido ningún apoyo por parte de su país.
"Yo soy invisible. Voy como ciudadano colombiano pero no voy con ninguna representación institucional, no tengo nada que me identifique como honorable representante en el exterior. No hay una oficina en el exterior por parte del Ministerio de la Cultura que me reciba o por lo menos que me ayude a guardar mis obras, uno esta solo. Los escultores mexicanos por ejemplo tienen un carné que los acredita, al menos, para mejor trato por parte de las embajadas. Aquí se ha intentado pero no se ha logrado. Soy invisible, todos los demás escultores como yo lo somos. Botero, Negret son grandiosos pero no son los únicos, somos un ejercito de artistas".
El tiempo con el maestro en esta mañana, de un día cualquiera, ha pasado volando, ha hablado de sus sueños, de su pasado, de su sentimiento por la escultura, por el mármol, de su visión del mundo. Su propuesta, es la libertad enfocada en diversos temas, con elasticidad mezclada con mito y realidad, su carácter para doblegar el mármol y para emprender empresas difíciles, su lucha y optimismo por seguir representando al país en el exterior, su técnica directa, la talla sobre la piedra, o indirecta con modelos de yesos, finalmente su deseo diario de sentir que esta vivo, su trabajo habla por si mismo a través de sus obras.
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