Marco Antonio Bustamante Cayo nació en el desierto de Atacama en el norte de Chile. De este desierto, guardó la fascinación de las piedras, piedras que llevan en ellas la historia y la memoria de la tierra, una dimensión infinita del mundo y la verdad interior que el artista trata de reencontrar a través de su paso de y de su obra.
Fascinado por las momias, las civilizaciones antiguas, quería ser arqueólogo.
Desde su infancia, dibuja incansablemente, a la manera de la escritura automática de los surrealistas y comienza una serie de cuadernos, de libretas de apuntes, donde en su espacio intimo deja libre curso a su espíritu : es su “yo” en todos sus estados. Los dibujos, es todavía, es siempre y es ahora, en el anonimato de las ciudades, al azar de los encuentros y los viajes.
Las piedras, continúa recolectándolas, en Chile, Francia, Corea,… Las recoge, las amontona y luego, un día, en el taller, todo comienza. Es alla, dónde, en comunión total con la piedra, el proceso artístico se pone en marcha: formas se elevan, se redondean, se traspasan. El artista vuelve a un diálogo profundo en un cara a cara, un cuerpo a cuerpo con la materia, desafía el material, se confronta con el y como un chaman, libera la energía y el magnetismo de la piedra.