Ben Jacob nace en San Juan, Argentina. Comienza dedicándose al estudio de la música desde los 7 años. Durante su adolescencia y juventud prosigue sus estudios artísticos con diferentes maestros de teatro, recorriendo varios géneros: teatro griego, clásico, pantomima, comedia del arte, máscaras.
Continuando su camino de inquieta indagación de la expresión vital, pasa luego por la fotografía y la pintura para llegar, finalmente, a concretar sus ideas de la forma a través del trabajo en metal.
Expresa en esta etapa sus ideas coincidentes con los conceptos del constructivismo, plasma esquemas cognitivos adquiridos en su relación con el arte, la cultura y, esencialmente, con el medio que lo rodea, buscando integrarse a la historia de la tierra.
Su visión de la realidad presente y del futuro lo inducen a expresarse con elementos brindados por la tierra en su interacción con el fuego, por ser elementos utilizados por culturas primitivas, para incorporarlos al aquí y ahora.
A partir de esa búsqueda de expresión que abreva en lo más arcaico, presiente una vuelta, desde el futuro, a aquellos tiempos en que el hombre tuvo, con su tierra y los frutos que ésta daba, un contacto respetuoso, íntimo, sin ocasionarle daños.
Dentro del diálogo ceremonial entre metal, fuego y autor –que es a la vez juego y danza compartida- se produce la gran manifestación de libertad al facilitar que, tras el movimiento y las transformaciones producidas por la acción del fuego, vayan apareciendo formas espontáneas que Ben Jacob acepta y celebra por ser expresión de un maravilloso doble diálogo grupal: metal, fuego y hombre; materia, forma, color y sensibilidad.