Ana María Colotto, tiene la virtud de convertir una artesanía en arte. El paciente trabajo de procesar hojas y flores a través del prensado, conservando un ochenta por ciento de su color, las convierte en la paleta del pintor que compone un paisaje o un ramo de flores.
Por cierto que para llegar a este dominio de la composición, hubo que trabajar con infinita paciencia en el preparado de pétalos y hojas, y en forma paralela dibujarlas para convertirlas finalmente en un bello cuadro.
Ana María realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas en Buenos Aires y otras provincias argentinas y sus trabajos forman parte de importantes colecciones privadas.