Nací en Bogotá, Colombia el 3 de diciembre de 1969.

Durante los últimos once años he destinado mi tiempo al desarrollo personal, a través de una búsqueda constante de identidad entre alma, cuerpo y mente, sin descuidar mi responsabilidad como esposa y madre.

Paralelamente a mis ocupaciones en el hogar, he realizado una serie de estudios en la interiorización de diversos temas de las artes decorativas, con énfasis en el manejo de las maderas, sus tratamientos específicos y una variada gama de posibilidades que permiten brindarle a este sustrato tan especial y noble, unos acabados artísticos, que sumados al toque personal dado por los accesorios que utilizo sobre dichas superficies, permiten crear alegorías integrándolo con el tema de la joyería.

Este campo de la joyería, estudiado por mí años atrás, al combinarlo con la madera me permite expresar plenamente mi sensibilidad y creatividad para ofrecer objetos con características singulares que son el fiel reflejo de lo vivido. Esta forma de expresión que denomino “con volumen”, también se manifiesta en mis cuadros-lienzos y en el estilo que recorre toda mi obra a través de los diferentes trabajos artísticos en donde me expreso.

El respeto y la dedicación que entrego en cada uno de mis trabajos, es y será siempre un puente para llegar “al otro” y tocar el alma de quienes aprecien mi obra y se conmuevan con su mensaje, pues sólo concibo la expresión artística desde lo que percibe el corazón, pasando por la mente para hablarle a quien observa la obra de arte . Creo fervorosamente que quienes tenemos el don del arte en nuestras manos, estamos obligados a transmitir y trascender más allá de lo bello y lo ético, para llegar a la esencia y así hacer partícipes a muchos del mensaje de amor plasmado en la obra, pues es el amor el motor y centro de nuestra existencia.

"Los iluminados no son quienes más fácilmente aprenden,
sino aquellos que logran encender una llama en el corazón de otros"

El compromiso diario de Diana Pescador como comunicadora a través del arte, es encontrar un lenguaje visual preciso que le otorgue a toda la existencia una expresión con connotaciones artísticas procurando siempre mantener un constante respeto por quienes hacen parte de cada composición.