Fascinado por el mar, Moret usaba colores profundos y vigorosas pinceladas para capturar su violencia y su poder, y lo emparejaba con la fuerza inflexible del granito. Combinando la estética de la simplicidad del arte japonés con la técnica impresionista, Moret creaba en sus composiciones una mezcla mágica se simplicidad y color cautivador.