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Biografía

(Florencia 1406- Espoleto 1469)



Fra Filippo Lippi, conocido como Lippo Lippi, fue un pintor del Quattrocento italiano.



Nacido en Florencia, hijo de un carnicero llamado Tomás Lippi, quedó huérfano de padre y madre cuando sólo tenía dos años. Su tía Lapaccia cuidó de él y procuró ingresar al pobre huérfano en un convento de carmelitas, donde fue admitido cuando tenía ocho años.



Después de haber profesado (1421), demostró Lippi su inclinación hacia las artes, con ocasión de trabajar con Masolino y Massaccio en la capilla Brancacci de la iglesia del Carmen.



Desde 1430 su nombre figura en los registros del convento con la calificación de pintor, y su primera obra fue una composición monocroma colocada en el claustro del convento, pintura que no ha llegado hasta nuestros días, así como algunas otras de los primeros tiempos en que trabajó el artista. Vasari, llevado de su afición a las anécdotas, habla de un viaje a Ancona realizado por Lippi en 1431, durante el cual fue hecho prisionero por unos piratas tunecinos y mantenido en cautividad diez y ocho meses.
Protegido por Cosme de Médicis produjo Fra Filippo varias obras notables, entre ellas La Virgen y el Niño, que se conserva en la Galería de los Oficios de Florencia; el ejemplo del magnate toscano fue lentitud de su trabajo, no salió Lippi de un estado miserable.



Quizá otras causas más graves influyeron en hacer perdurar la pobreza del artista, siendo cierto que en 1450, a consecuencia de una estafa, fue encarcelado durante algún tiempo, debiendo la libertad condicional a su protector Cosme de Médicis.



Otro hecho más grave acaeció en 1456 con ocasión de las fiestas de Santa Margarita, celebradas en Prato, en las que Lippi, aprovechando el desorden reinante en la gran multitud allí reunida, raptó a la florentina Lucrecia Tutti, madre que fue más tarde de Filipino Lippi. Esta aventura, a la que hace mención Cosme de Médicis en una carta dirigida a Juan de Médicis, no interrumpió el curso de los trabajos pictóricos encargados a Lippi, dando cima a la decoración del coro de la catedral de Prato en 1464.



Filippo Lippi murió en 1469 cuando tenía muy adelantada la pintura del coro de la catedral, obra terminada por su discípulo y amigo Fra Diamante. En 1487, Lorenzo de Médicis dedicó un monumento al artista, cuyas obras ocupaban un excelente lugar entre los cuatrocentistas italianos.



La importancia del paisaje y la elegancia del dibujo eran muy superiores al colorido, duro, y empañado, pero en las obras de Botticelli perduran muchas cualidades debidas a las enseñanzas de Lippi.
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