Es tiempo de Modigliani en el Thyssen-Bornemisza
Hasta el 18 de mayo de 2008
Bohemio e ingobernable como su propia época, Modigliani vivió ajeno a las convenciones en el París de los manifiestos. Ahora, el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid dedican una retrospectiva al pintor de mirada famélica.
Comisariada por Francisco Calvo Serraller, la exposición recoge la trayectoria del pintor desde su llegada a la Ciudad de la Luz hasta su muerte. Una selección de obras de arte, surgidas de entre la pobreza y la enfermedad que le acompañaron durante toda su vida, bien arropadas por algunos de sus amigos más cercanos.
Los primeros maestros
En 1906 Amedeo Modigliani llega a París. Pronto queda impresionado y muy influido por la obra de maestros de vanguardia como Cézanne o Picasso, algo apreciable en las obras de este periodo. Sin embargo, serán principalmente dos los factores determinantes en su producción posterior: el descubrimiento del arte africano y su amistad con Paul Alexandre. Su traslado a Montparnasse en 1909 constituye otro punto de inflexión. Desde este momento y en fechas posteriores, intensificará su labor escultórica inducido por Brancusi, a quien conocerá en este año, sentándose así las bases de su estilo pictórico de madurez.
Retrato de Jeanne Hébuterne, uno de los varios que hará el pintor
Amistad y arte
Modigiani pronto verá truncada su inclinación escultórica debido a su precaria salud. El polvo provocado por la talla, del que se resiente, será el “culpable” de la dedicación del artista a la pintura en exclusiva, junto con la imposibilidad de conseguir en tiempo de la Gran Guerra bloques para esculpir y la poca aceptación de su obra en el mercado. Gracias a ello, podemos disfrutar en la actualidad de una enorme galería de contemporáneos de Amedeo, a muchos de los cuales conocerá en los principales círculos artísticos e intelectuales del momento, buen testimonio de la Francia de la primera mitad del s.XX.
Modigliani, el pintor ¿maldito?
Reconocido en vida por su obra, exitoso entre las mujeres y querido por sus amigos, Modigliani ha logrado sin embargo forjarse una reputación de pintor maldito con el paso del tiempo. ¿Los motivos? Sus excesos, sus amoríos, la clausura de su única exposición por indecencia, la pobreza, la enfermedad o su muerte a temprana edad y posterior suicidio de su amante Jeanne Hébuterne, quién lo sabe. Lo único seguro son sus obras, que han llegado hasta nuestros días cargadas de melancolía e inspiración.
Un homenaje compartido
Un total de 130 obras, provenientes de todo el mundo, componen esta exposición en la que el homenaje corre a cargo de las piezas de maestros y amigos de Modigliani. Gauguin, Cézanne, Picasso, Derain, Kisling o Soutin ofrecen el contrapunto a todo el conjunto de cuadros, dibujos y esculturas herencia del genio del artista. Una muestra que ofrece un recorrido desde los primeros dubitativos ensayos pictóricos hasta sus últimas creaciones, pasando por sus conocidos desnudos, plenos de un erotismo desafiante, y sus magníficas esculturas.
Más información: Museo Thyssen-Bornemisza y
Fundación CajaMadrid