Los dos fueron grandes maestros de la Escuela Veneciana y los dos máximos exponentes del Renacimiento Italiano. Juntos podían haber compartido y aprendido mucho. Pero no fue así. Diez días después que Tintoretto ingresara en el taller de Tiziano como alumno, este lo echó. Pura envidia, dicen.
Ambos se conocieron en el taller del italiano Tiziano. Éste era ya considerado el gran pintor del Renacimiento y cuando vio las increíbles facultades artísticas de un alumno acababa de apuntarse, Tintoretto, le dio la espalda expulsándole de la academia por la envidia que le provocó el arte de sus dibujos.
Grandes maestros
Tintoretto (1518-1594), cuyo nombre verdadero Jacopo Comin, fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y uno de los últimos del Renacimiento italiano. Nacido en Venecia, fue discípulo de Tiziano y de Paris Bordone, pero también se inspiró en el estilo de Porndenone y en el irrealismo de Schiavone.
Tiziano (1480-1576), pintor nacido en Pieve di Cdore, es el más importante maestro de la gran escuela pictórica veneciana y uno de los genios máximos de la pintura universal. Su obra fue admirada por los más grandes personajes de su época y ha sido siempre considerada como uno de los grandes logros de la cultura europea.
Vidas cruzadas y envidiadas
Tintoretto era un pintor innato. En su infancia ya pintaba sobre las paredes de la tintorería de su padre. Éste se dio cuenta de la pasión de su hijo cuando el pintor tenía 56 años, y lo llevó al taller de Tiziano a ver si podía aprender del artista. El arte del color y las sombras fueron las principales influencias de Tiziano en su alumno.
La tensión entre los dos pintores se mantuvo a lo largo de sus vidas. ¿La razón? El dinero: La pasión de Tintoretto por pintar era tal que apenas cobraba por sus cuadros; solo el coste del material y un mínimo para mantenerse. Así consiguió una abundante clientela…y la enemistad de Tiziano.
Admiración y recelo
Tintoretto fue un admirador ardiente de la obra de Tiziano, pero nunca un amigo, y Tiziano y sus partidarios le dieron la espalda. No faltó tampoco una abierta denigración, pero Tintoretto no le prestó atención. No buscó otro maestro, optó por estudiar por su cuenta, vivió pobremente, coleccionando moldes, bajorrelieves…