El paisaje como género propio aparece en el siglo XVI cuando llega a ser el protagonista de los cuadros. Desde finales de la Edad Media los artistas habían empezado a multiplicar los elementos naturales con el fin de conferir a sus temas un escenario.
El árbol estrena el género
Pero fue un siglo más tarde cuando se encontraron elementos naturales diversificados en las pinturas, como pueden ser diferentes tipo de árboles; y una dimensión real, a escala de los personajes: en Bautismo de Cristo (1445).
Piero Della Francesca pintó por primera vez un árbol de tales dimensiones que solo aparece parcialmente en la composición.
El paisaje como protagonista
Durero fue uno de los primeros en emplear el término para designar un tipo de pintura con esa temática específica. A medida que los pintores fueron perfeccionando la técnica e introduciendo novedades, como Leonardo con su sfumatto, el paisaje fue ganando protagonismo. Con pintores como Joachim Patinar el papel se invirtió: la naturaleza es la protagonista, sea cual sea el título. El paisaje es el grandioso escenario de un narración donde los personajes, diminutos, siempre son secundarios, como en Descanso en la huida de Egipto.
Nace la naturaleza muerta
Surgió como género independiente a principios del siglo XVII, cuando el resto de géneros ya habían conseguido su autonomía.
La naturaleza muerta empezó a introducirse en la pintura religiosa, más tarde aparecieron en las pinturas mitológicas, en las de género y en los retratos.
"Bautismo de Cristo" pintado en 1445 por Piero Della Francesca. Es la primera vez que aparece un árbol en una composición.