Año 1907. Barrio parisino de Montmartre. Picasso sufre una crisis personal y creativa. Sólo tiene veinticinco años. Está seis meses sin tocar los pinceles, luego bocetos y más bocetos. El resultado es “Las señoritas de Avignon”, una creación genial que abrió un antes y un después en la pintura, el máximo exponente del cubismo. Cinco mujeres que este año cumplen cien años de vida.
Después de una crisis
Fue en 1907 cuando Pablo Picasso sufrió una de las más graves crisis personales y creativas de su vida. Abandonó los pinceles y puso todos sus lienzos contra la pared, sólo se dedicaba a dibujar y a culturizarse con todo tipo de conocimientos. Acababa de romper con su pareja sentimental, Fernande Olivier.
Seis meses sin tocar los pinceles para después tener la cabeza como un hervidero y sorprendernos a todos con “Las Señoritas de Avignon”.
Cinco mujeres revolucionan el arte
Después de muchos bocetos y estudios preliminares creó una de las referencias más importantes del cubismo, una obra que marcó la brecha entre el pasado y el futuro de la pintura: las cinco mujeres protagonistas de “Las señoritas de Avignon” eran las responsables de esa ruptura en el mundo del arte.
Es la primera vez en el trabajo de Picasso en que la expresión de los rostros no es trágica ni apasionada. La escena tiene lugar en el interior de un prostíbulo: cinco mujeres desnudas y en el centro un bodegón compuesto por una raja de sandía, un racimo de uvas, una pera y una manzana, todo ello sobre una mesa tapada con un mantel arrugado de color blanco.
El impacto de la obra
Como casi todos los cuadros del artista al principio no tenía nombre. No fue hasta que Picasso presentó la obra a sus amigos que se le puso título. No hay datos fidedignos pero se cree que fue su amigo Apollinaire quien le dio el título de “El burdel filosófico” y después André Salmon lo llamó "Les demoiselles d'Avinyó", una calle de Barcelona, en la que había prostíbulos. Salvo aquellos amigos, nadie conocía tal calle y pronto empezó a confundirse el nombre de Avinyó con el nombre francés Avignon, tan cercano en la pronunciación.
Todos aquellos amigos a quienes Picasso enseñó el cuadro en privado coincidieron en sus comentarios sobre el gran impacto que les produjo. Hubo asombro y también burla. Picasso lo enseñó y lo guardó hasta que en 1916, nueve años más tarde, fue expuesto. Ahora está en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
No te puedes perder
Si quieres saberlo todo sobre el cuadro no puedes perderte un
especial que le dedica el Moma de Nueva York.