Hasta el 4 de marzo de 2007
Espirales, laberintos, espejos esféricos, habitaciones sin principio ni fin y manos que se dibujan recíprocamente son sólo algunas de las visiones de Maurits Cornelis Escher. 135 obras de este artista gráfico holandés se exponen en la Fundación Canal de Madrid en la primera gran exposición que España le dedica a este fanático de las ilusiones ópticas.
Los espacios imposibles
Las 135 xilografías, litografías y grabados que componen esta muestra ofrecen una completa retrospectiva de la obra del artista holandés Maurits Cornelis Escher, nacido en 1898 en la provincia de Frieslan y fallecido en 1972. Así es como Escher regresa a España, donde años atrás había encontrado la fuente de inspiración para sus originales creaciones de ilusiones ópticas y espacios imposibles.
'M.C. Escher. El arte de lo imposible' se presenta en la Fundación Canal de Madrid, repartida en siete salas dedicadas a diferentes temas y dos espacios realizados expresamente para la exposición: la Mezquita Isótropa y la Caja Mágica.
Espacio laberíntico e ilusiones ópticas
El diseño expositivo ha sido creado específicamente para la muestra por el estudio del arquitecto Carlos Ferrater. Su intención es que a través de la manipulación espacial el espectador capte las ideas que inspiraron al artista. El resultado es un espacio laberíntico en el que se varían la geometría y las dimensiones de los elementos.
"Mi principal interés es lo asombroso, y no otra cosa que asombro es lo que intento suscitar en el ánimo de los espectadores". La frase, pronunciada mil veces por Escher, describe exactamente lo que produce esta muestra. Él, uno de los artistas gráficos más importantes del mundo, reorganizó las reglas de la perspectiva y cambió para siempre la relación entre la arquitectura, las matemáticas, la geometría y el arte.
Imágenes que enmudecen
¿Quién no se ha quedado horas y horas absorto contemplando esas dos manos que se dibujan recíprocamente? Sus espirales, sus laberintos, sus cintas de Moebius, sus espejos esféricos, son elegantes representaciones de nuestra época y de sus angustias, por eso las visiones de Escher fueron muy apreciadas en los guetos contraculturales de la transición.
El arriba y abajo se confunden en escaleras que ascienden y descienden sin llegar a ningún destino. Su noche y su día se mezclan en un mismo grabado. Y la técnica de la división regular del plano se materializa en la reproducción de pequeñas figuras de animales y plantas. Escher era un artista iluminado, y así lo recuerdan en Madrid.
Más información: Fundación Canal de Madrid