Código: ARTDAY10Día Mundial del Arte: 10% en obras originales sólo hasta el 23/04, envío gratis
CaixaForum Barcelona acoge la exposición Retratos de la Belle Époque, inaugurada el pasado 20 de julio en la sede de la fundación de la entidad catalana en Montjuic y que podrá visitarse hasta el próximo 9 de octubre.
En la muestra se repasa la evolución de los movimientos pictóricos en las últimas décadas del siglo XIX y XX. Tomàs Llorens, historiador del arte y comisario de la muestra, nos despeja alguna de sus claves principales.
El retrato fue el género pictórico más representativo de finales del siglo XIX y principios del XX. ¿En qué posición se encuentra este género artístico en la actualidad? ¿Cree que goza del mismo estatus?
El retrato pintado perdió una gran parte de su importancia a partir de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y fue quedando en una posición cada vez más marginal a lo largo del siglo XX, aunque sin desaparecer del todo, como lo atestigua, por ejemplo, la obra del recientemente fallecido Lucian Freud.
¿Cuáles son, en su opinión, las principales claves iconográficas y psicológicas de la exposición que conectan la historia de la pintura con la historia cultural y social de esa época?
El arte, la literatura y la música suelen impregnarse de los valores, las actitudes, los estados de ánimo y las obsesiones de su época. Esa impregnación no se produce por un solo camino, sino a través de una red muy compleja de vasos capilares que resultan prácticamente invisibles e imposibles de detallar uno a uno por el historiador. El retrato sin embargo nos ofrece indicios más claros que otros géneros pictóricos de ese proceso, ya que nos enfrenta con mujeres y hombres que fueron testigos y protagonistas directos de la época y de quienes podemos tener datos biográficos concretos.
¿Por qué el discurso expositivo evita hacer un recorrido cronológico y aborda una distinción por tipologías?
Es una opción metodológica. El panorama que hemos trazado es muy amplio: cubre países, momentos históricos y situaciones muy diferentes entre sí. Hemos incluido retratos enormemente diversos por su intención artística, por su lenguaje pictórico y por su significación cultural. La yuxtaposición cronológica hubiera resultado caótica. Si hubiéramos colgado por ejemplo el retrato de Alfonso XIII pintado por Sorolla en 1907 junto al retrato de Yvette, pintado por Chabaud también en 1907, la yuxtaposición hubiera sido imposible de entender. El cuadro de Sorolla se entiende si lo comparamos con los retratos llamados "de sociedad" que realizaban otros pintores de su generación como Sargent. El de Chabaud (que responde a una intención artística muy diferente de la habitual en el retrato aunque no deja de referirse a una persona concreta), se entiende si lo comparamos con otros retratos realizados por artistas como Kirchner en esos mismos años.
Sin embargo, al ordenar en la exposición la secuencia de los diversos tipos de retrato hemos intentado narrar implícitamente un proceso histórico, una transformación cultural que comienza con la euforia y el optimismo de la década de 1880, tal como se manifiesta en los "retratos de la sociedad", y concluye con la ansiedad y la exasperación que se apoderan de la cultura europea a lo largo de la primera década del siglo XX, tal como se manifiestan en los cuadros que agrupamos bajo la etiqueta de "retratos de la crisis". Todo relato histórico, y nuestra exposición trata de serlo, está siempre gobernado por el paso del tiempo, por la "cronología", si se quiere, pero nunca de un modo lineal. La vida es demasiado compleja para reducirla a un rosario de fechas. Pero el paso del tiempo lo determina todo.
Fecha: del 20 de julio al 9 de octubre.
Lugar: CaixaForum Barcelona, Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8. 08038 Barcelona.
Horario: de lunes a domingo, de 10.00 a 20.00 horas. Sábados, de 10.00 a 22.00 horas.
Miércoles de julio y agosto, de 10.00 a 23.00 horas.